Primero que nada fue la pandemia (que lo puso a vacunar a diez millones de personas); lo segundo fue el huracán Fiona (que lo puso a recorrer todas las llanuras); lo tercero fue la sorpresiva ocurrencia rusa contra Ucrania (que lo puso a pagar el petróleo al precio que fuera); lo cuarto fue Haití sin gobierno ni ley (que lo puso a cerrar la frontera y sus miles de millones de ventas); y ahora, para rematar, un aguacero de todo el tamaño (que no le permite ni siquiera dormir una siesta)… De Luis haberse imaginado todo esto en 2020 hubiera optado por ser simplemente presidente de la sala municipal de Cambronal.