Perdí a mi madre, pero

la guardo cerca en la memoria.

Tengo su ropa, sus rosarios,

sus gafas. Al menos eso creo…

No he entrado en su habitación…

No es verdad… he entrado

y salí corriendo, una sombra

entre sombras, la habitación

una tumba, un altar, un estado

de vivir y de morir. Perdí

a mi madre como a mi padre,

como a mi amigo. Hemos

perdido a nuestras madres,

a nuestros padres, a nuestros

amigos. Y yo me perderé

soñando que alguien,

mi hijo, mi hija, entre

en mi habitación y

la habitación de mi

madre y no dejará

nada, todo.