El viaje a la madre patria me dio fruto.
Hice nuevas amistades. Vi las pinturas
negras de Goya, probé las distintas
variedades de la tortilla española
en cada rincón del país, y aprendí
que hay varios idiomas autóctonos. Me sentí
en casa, la casa de los idiomas, aunque
encontré castellano en América tras
haber nacido en Ceilán. Regi Siriwardena,
amigo de mi papá poeta, tradujo a Machado
al inglés. Eso fue mi primer encuentro
con España, en una ciudad llamada Colombo.
Pienso que el destino no tuvo otra opción
que llevarme a caminar por aquellos montes
entre olivos y antiguas aldeas que figuran
en la poesía de Machado y ahora en la mía.
Todo poema conversa con su antepasado
Así piso tierra en la madre patria.