La Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET) y nuestros organismos de emergencias informaron que este fin de semana continuarán las lluvias debido a una vaguada que estará incidiendo en el territorio nacional provocando inundaciones repentinas.

Las precipitaciones se deben a que ahora en mayo empezó la temporada convectiva sobre el país, la cual se extenderá durante el trimestre de mayo a julio, poniendo de manifiesto altas temperaturas en el territorio.

Cuando se habla de convección se refiere “al movimiento del fluido impulsado por la diferencia de densidad en la temperatura”. El calor se mueve de un lugar a otro, trayendo humedad e inestabilidad en la atmosfera, lo que ayuda a las formaciones de nubes generadoras de vaguadas, truenos, vientos y granizadas.

Con un pronóstico que dice que nos afectará una vaguada este fin de semana; y se espera que la situación se torne crítica por las precipitaciones que ocurrirán en las regiones bajo alertas, pues las localidades tendrán que organizarse.   Las declaratorias de más de 14 provincias en amarillas y 12 en verdes ha llevado a que las gobernaciones y alcaldías, bajo la dirección de la Defensa Civil, se movilicen en todo el país.

La alerta amarilla se declara cuando hay una “tendencia ascendente del desarrollo de un evento que implica situaciones de riesgos”. La verde se declara cuando hay una expectativa de aumento de algún fenómeno peligroso y se prevén posibles daños en la población”.

La Defensa Civil reporta en diferentes puntos del país algunas crecidas, desbordamientos de cañadas y ríos por las lluvias caídas en las últimas horas, las cuales no han ocasionado daños importantes.

Hay que señalar que, aunque la capital ha sido declarada en alerta amarilla, los chubascos repentinos han sido mínimos, sorprendiendo a uno que otros sectores y transeúntes del Distrito Nacional. No obstante, esa realidad no debe permitir que bajemos la guardia en la vigilancia y el cuidado.

No olvidemos que las dinámicas de los eventos de lluvias son impredecibles, y no dejan de ser pronósticos cambiantes en la capital, los cuales a partir de su impacto llevan a la población a tener una percepción equivocada del riesgo existente.

Como las alertas son pronósticos, es decir, pueden ocurrir como no suceder, pues la percepción del riesgo que los ciudadanos podrían tener es el de considerar que estos fenómenos no representan ningún peligro, cuando es todo lo contrario.

Invito a que frente a la vaguada de este fin de semana el comportamiento de la población responda con madurez, pues está de más decir que las lluvias generan daños y muertes.

Seamos cuidadosos, tomemos medidas preventivas como las de no desplazarnos hacia el interior, cruzar ríos o cañadas, en fin, desafiar la vaguada que estará incidiendo en el país. Escuchemos con atención los llamados de alertas para no tener que lamentar luego.