La literatura psicopedagógica establece que existen diversas formas de aprender, sin embargo, está comprobado que para la mayoría es más sencillo recordar y entender conceptos e ideas nuevas de forma visual, que textos largos y complejos. Un esquema es una representación gráfica que se utiliza para expresar los conceptos principales de un tema con el fin de comprenderlo o estudiarlo. Constituyen una herramienta versátil que puede adaptarse a una amplia variedad de disciplinas y niveles educativos. Ayudan a los estudiantes a comprender y procesar información de manera más efectiva, lo que puede mejorar su rendimiento académico y su capacidad de retención de conocimientos. Los esquemas permiten obtener, comprender, analizar y memorizar de un solo vistazo una idea clara de un manuscrito, pues sintetizan las ideas principales y secundarias de forma jerárquica. Existen diferentes tipos de esquemas que varían en diseño, tamaño o la forma en la que presentan la información. Es importante conocerlos para elegir el que más se adapte al tipo y cantidad de material con el que se va a trabajar. Suelen realizarse después de la lectura y el subrayado de las ideas principales de un texto, y resulta una manera simple y clara de analizar y organizar conceptos a través de palabras y recursos gráficos de manera ordenada.

Por su parte, la lectura es un proceso mediante el cual un individuo conoce cierta información mediante el lenguaje visual o escrito. El lector se enfrenta a las palabras, números o símbolos, los traduce en información en su mente, los decodifica y aprende. Por eso, leer implica pronunciar las palabras escritas, identificarlas y comprenderlas. A nivel textual, leer es comprender un texto y extraer su significado. De modo que un texto viene a ser una cantidad de enunciados hilados entre sí y ordenados en base a un argumento explicativo, narrativo, descriptivo, etc., empleando para ello un sistema concreto de signos, llamado lenguaje, y dentro de dicho sistema un código concreto que se llama lengua. Los esquemas y mapas conceptuales son dos herramientas de organización visual que ayudan a representar y comprender información. La elección de uno u otro depende del propósito y la naturaleza de la información que se va a representar.

Los esquemas se utilizan comúnmente en el ámbito escolar para organizar y representar información de manera clara y coherente. Estos ayudan a los estudiantes a comprender y recordar conceptos, ideas y datos de manera más efectiva. Suelen ser lineales y jerárquicos, con una estructura secuencial que sigue un orden específico. Se basan principalmente en textos y utilizan una estructura de viñetas o números para organizar la información. Pueden contener una cantidad significativa de detalles y subcategorías. Suelen utilizarse para resumir y organizar información compleja de manera ordenada y concisa. Los estudiantes pueden tomar notas de lecturas o conferencias y luego convertirlas en esquemas para destacar los puntos clave. Además, son útiles para organizar pensamientos y conceptos antes de comenzar a escribir un ensayo o un informe.  Permiten a los estudiantes visualizar las relaciones entre diferentes conceptos, datos o eventos. Pueden ser especialmente útiles en materias como ciencia, historia o literatura. Asimismo, los estudiantes pueden utilizarlos como herramientas de estudio para repasar y memorizar informaciones importantes antes de un examen. También ayudan a reforzar la retención de información. En matemática y ciencias, los esquemas pueden utilizarse para desglosar problemas complejos en pasos más pequeños y manejables. Los estudiantes pueden utilizarlos para presentar información en presentaciones o proyectos. Los gráficos y diagramas pueden hacer que la información sea más accesible y comprensible para el público. En clases de literatura o análisis de textos pueden ayudar a desglosar la trama, los personajes y los temas de una obra literaria, lo que facilita el análisis crítico. Se pueden utilizar para organizar vocabulario, reglas gramaticales y estructuras lingüísticas en el aprendizaje de un nuevo idioma. En general, los esquemas son una herramienta versátil que pueden adaptarse a una amplia variedad de disciplinas y niveles educativos. Ayudan a los estudiantes a comprender y procesar información de manera más efectiva, lo que puede mejorar su rendimiento académico y su capacidad de retención de conocimientos.

Los esquemas creativos son organizadores gráficos utilizados para sintetizar y ordenar la información, por medio de recursos visuales que resultan atractivos e ingeniosos. Estos ofrecen una alternativa para capturar la atención del lector y facilitar el aprendizaje. Suelen ser más comunes entre estudiantes de primaria y secundaria, aunque también los usan universitarios y otros. Un esquema creativo demuestra una sólida comprensión del tema, al mismo tiempo que ofrece ayuda para repasar todo lo aprendido. También sirven para explicar con más detalles las distintas ideas que conforman el asunto de estudio, pues gracias a las imágenes que se pueden agregar para ilustrar algunos conceptos llaman la atención de ciertos tipos de estudiantes, como aquellos más pequeños y los que tienen un estilo de aprendizaje visual. Un esquema creativo demuestra una sólida comprensión del tema, al mismo tiempo que ofrece ayuda para repasar todo lo aprendido.  Entre los rasgos que mejor describen a los esquemas creativos hay que destacar los siguientes: 1. Son concretos y breves, pues no admiten contenidos de relleno. Todas las ideas deben ser imprescindibles para explicar la idea principal, o el tema de estudio. 2. Tienen diferentes estructuras según las necesidades del autor, que los define de acuerdo con la idea que quiere transmitir. 3. Emplean imágenes y otros recursos. Los dibujos sirven para expresar ideas difíciles de poner en palabras, y para simplificar más el tema de estudio. 4. Son visualmente continuos, pues las ideas se relacionan unas con otras y están visibles las distintas conexiones entre ellas. Los esquemas indican cómo se deben interpretar los conceptos. Su estructura debe contener una idea principal o tema central. Conceptos secundarios o ideas más precisas que desglosen el tema principal. Imágenes opcionales. Formas, líneas y flechas.