Las oportunidades de mejora en el sector preuniversitario del sistema educativo dominicano tienen múltiples oportunidades de mejora, una de ella y quizás la más importante, lo constituye el de la formación continua de sus docentes de aula.
La evaluación del desempeño docente realizada en el 2017-18 nos mostró que en sentido general la gran mayoría de nuestros docentes debían ser colocados en situación de emergencia respecto a sus competencias profesionales, pues como muestra el gráfico que sigue el mayor porcentaje de estos (38.10%) cayó en la categoría de “insuficiente”, es decir, en la práctica no muestra que domine las competencias básicas para la enseñanza.
Es preciso señalar que dicha evaluación se centró de manera primordial en él conocimiento y dominio real de las didácticas, es decir, las técnicas y métodos de enseñanza. Si suma las categorías más comprometidas por su peso proporcional en los resultados de la evaluación, la gran mayoría de nuestros maestros tienen un dominio “básico e insuficiente” (73.20%). Estos resultados debieron poner en alerta roja a todo el sistema educativo, incluyendo las instituciones de educación superior, pero incluso, a toda la sociedad. Ya en el 2014, al llevar a cabo un estudio sobre los niveles de dominio de la matemática que debían enseñarse en los primeros grados de la educación primaria, un porcentaje superior al 60% de los maestros de la muestra nacional, no tenían dominio de lo que debían enseñar. Recordemos que en esos grados los contenidos son operaciones aritméticas, identificaciones de algunas figuras geométricas, elementos sencillos de estadísticas y decimales.
Los resultados de la evaluación del desempeño fueron ofrecidos por regionales y distritos educativos, por lo tanto, se disponía de una información segregada que podía permitir planes estratégicos de formación territoriales a partir de estos resultados. Así por ejemplo, ocho regionales debían ser consideradas como en alerta roja pues los porcentajes de maestros en la categoría de insuficiente era considerablemente alta: San Cristóbal (51.1%), San Pedro de Macorís (46.0%), Santiago (52.5%), Santo Domingo I (38.7%), Puerto Plata (48.8%), Higüey (61.4%), Santo Domingo II (42.5%) y Bahoruco (91.4%). El caso de Bahoruco fue el más alarmante, pues incluso, al considerar los resultados de la evaluación por distrito educativo, en todos los casos los porcentajes de maestros en la categoría considerada estaban cerca o por encima del 90%.
La información que aparece en el informe “Evaluación del Desempeño Docente 2017 en República Dominicana”, ofreció una información que en términos cualitativo y de política educativa debió generar más preocupación aún, pues se trataba de la relación calidad y equidad, es decir, qué tanto dominan y qué tan homogéneos son dichos dominios por regionales y distritos. Esta información permitía calificar las regionales y distritos en cuatro categorías, que son:
I) Alta calidad, pero alta inequidad.
II) Alta calidad y baja inequidad.
III) Baja calidad y baja inequidad.
IV) Baja calidad y alta inequidad.
Como se puede suponer la categoría II sería lo aspirable, la IV, en cambio, la de mayor preocupación, pues es la de peor situación. En el informe referido en sus páginas 16-20 se encuentra la relación por regionales y distritos educativos.
Como es fácil de comprender, una información como esa sigue siendo de gran utilidad pues permite identificar de manera más precisa los grupos y tipos de regionales y distritos educativos que son similares con respecto al desempeño de sus maestros, permitiendo el desarrollo de estrategias de acompañamiento diferenciales y cercanas a la realidad estudiada. De hecho, el informe ofrece una información muy valiosa en su página 28 (Tabla 7) la cual contiene la clasificación de las regionales por tipo de desempeño planteando cuatro categorías y la especificación de las regionales que la cumplen, estas son:
Nivel Satisfactorio: San Francisco de Macorís, Mao y Monte Cristi.
Nivel Básico: Barahona, San Juan de la Maguana, Azua, La Vega, Santo Domingo I, Nagua, Cotuí y Monte Plata.
Nivel Bajo: San Cristóbal, San Pedro de Macorís, Santiago, Puerto Plata, Higüey y Santo Domingo II.
Nivel Insatisfactorio: Bahoruco.
Bajo el conocimiento de que los procesos educativos, salvo algunas excepciones, son de mediano y largo aliento, es de suponer que estos resultados aún reflejan la realidad del desempeño de nuestros maestros actualmente. Nos imaginamos que, como efecto de la pandemia por el coronavirus, es posible que sean aún más preocupantes.
Es bueno saber, que cada centro educativo como cada maestro, tenía acceso a su informe personalizado en la web, en el cual se le hacía saber cuáles eran sus principales debilidades como sus oportunidades de mejora.
Las actuales autoridades de la educación siguen teniendo con esa información una gran oportunidad para orientar planes de mejora, tanto en la formación inicial (Ministerio de Educación Superior, Ciencias y Tecnologías) y en la formación continua (Ministerio de Educación). Lo hicimos aquella vez y lo reiteramos, los maestros que cayeron en las categorías destacada como competente, al igual que los cerca de 600 técnicos docentes que fueron capacitados para la observación en aula, aún pueden ser muy útiles para desarrollar estrategias de mejora con sus pares docentes.
En educación la actitud política de ignorar las cosas que anteriormente se han realizado nos ha dejado resultados catastróficos y muy costosos, en términos de los logros de aprendizajes de nuestros estudiantes, la evidencia está ahí.