Antonio Taveras es un dirigente empresarial que un día decidió asumir su país más allá de sus intereses. Y así se lanzó a la batalla, siempre enarbolando los mayores reclamos de una sociedad a la que se debe, hoy como Senador de la República: contra la corrupción, contra la farsantía politiquera, contra los que dañan el noble ejercicio de la política basada en principios; en fin, contra los que derraman prejuicios convenencieros sobre estas causas. Su lucha contra la corrupción la inició contra Danilo Medina, y sigue (¡Qué bueno!) sin detenerse, aunque a cualquier Pacheco del montón le moleste esta causa permanente.