Un mundo perspicaz
acoge sin reservas.
Opta por el bien.
Robustece la esperanza.
Potencia la libertad.
Impulsa la gobernanza.
Un mundo despabilado
lucha por la igualdad.
Supera el individualismo.
Moviliza sueños nuevos.
Reencanta la vida.
Abre nuevos senderos.
Un mundo despierto
crea oportunidades,
asume la ciencia abierta,
suscita curiosidad,
trabaja por los derechos,
lucha por la verdad,
repele las injusticias,
respeta la humanidad.
Un mundo astuto no impreca a Dios.