La sociedad dominicana precisa de instituciones comprometidas con el desarrollo integral del país, para que sus actores y sectores participen de una vida plena. Estas instituciones han de fundamentar su accionar en un proyecto capaz de suscitar el interés y la disposición al cambio de actitudes y de prácticas. Asimismo, han de procurar que la nación avance conforme las necesidades de los ciudadanos y a las demandas de los nuevos tiempos. Para ello las entidades han de mirar el presente y el futuro sin olvidar la experiencia del pasado. Esta mirada sistémica posibilita una acción que genera de forma gradual transformaciones en los sujetos y en las instituciones como tales.
Este artículo alude al grano de mostaza y a su presencia en la realidad dominicana. La mostaza es una planta que posee, según la Real Academia de la Lengua, semillas de un milímetro de diámetro. Su arquitectura es tan diminuta, que no despiertan mucha atención, pasan desapercibidas. Pero, la diversidad de sabores y la capacidad expansiva, de estas semillas, generan interés y se convierten en elementos transformadores de la gastronomía mundial. Estos granos nos indican que su tamaño no limita la fuerza de sus sabores, ni su incidencia en el arte culinario. Las semillas de mostaza realizan su trabajo en silencio, sin ser notados; y, con una capacidad energética notable.
En este marco, el Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda (ISESP), acaba de cumplir siete años de existencia. Es como el grano de mostaza, casi imperceptible en el campo de la educación superior, por su juventud y pequeñez. El 11 de agosto de 2016, emerge una institución de educación superior, que opta por una formación de educadores que incida en contextos y tiempos difíciles. Una incidencia que amplíe la justicia y la inclusión en la educación de este nivel. Además, que reduzca o elimine, la corrupción social, política y educativa en la República Dominicana.
El ISESP, como grano de mostaza, le pone fuerza y sabor nuevos a los aprendizajes de los estudiantes de educación superior. De igual modo, le ofrece al personal académico, oportunidades, para la revisión crítica de su práctica, para examinar sus propias ideas; y, especialmente, para entender y asumir, que el estudio, como afirma el humanista y pedagogo, Pedro Poveda, no solo es necesario, es imprescindible. Al asumir la educación desde esta perspectiva, la institución adquiere múltiples aprendizajes que les permiten una inserción más coherente con sus principios, valores y propuesta académica.
El valor nutritivo del grano de mostaza se hace realidad en el ISESP, con el empeño que se despliega, para convertir la institución en una fuente permanente de impulsos investigativos. Del mismo modo, vivirla como un espacio de producción compartida y de diálogo, educación-sociedad. En este mismo sentido, busca la relación abierta con instituciones de educación superior, locales e internacionales. Siete años de aprendizaje institucional continuo. Período desafiante, en el que la COVID-19 impacta al país y a las instituciones de educación superior en variables fundamentales como salud, aprendizajes, economía, permanencia estudiantil y estabilidad institucional.
Sí. Siete años en los que se trenzan luces y tonos grises; en los que adquiere fuerza el apoyo y el estímulo de muchos. Etapa, en la que el personal se compromete como un solo cuerpo para labrar la consolidación del ISESP. Asimismo, para que se asuma como una institución útil en la sociedad y en el campo de la educación superior. Es tiempo propicio para la acción y la solidaridad de colaboradores, amigos y asesores. Recibimos el año número 7, con una esperanza más robusta y con energía renovada para caminar junto al Consejo de Directores, académicos, personal técnico y administrativo. De igual manera, lo recibimos con la alegría que brota de los estudiantes y de los egresados.
Felicidades al Instituto Superior de Estudios Educativos por su intensa vida y producción en estos siete años. Gracias, al Centro Cultural Poveda, por gestar este proyecto pensando en las necesidades educativas de la República Dominicana. Gracias, a todas las organizaciones, medios y personas que agradecen e impulsan al ISESP. Gracias, a los miembros de la Institución Teresiana que trabajan para que esta institución sea un organismo vivo dinamizado por el diálogo fe-ciencia