Rusia no invadirá ni ocupara el territorio de Ucrania, pero si va a destruir toda la capacidad militar de ese país hasta invalidarlo como parte de un esfuerzo encaminado a garantizar la neutralidad ucraniana. Rusia no quiere, ni le conviene comprometer tiempo, dinero y tropas ocupando un territorio la mitad de cuya población le es hostil.
Rusia, cuyos dirigentes si han leído libros de historia, tiene plena consciencia de la futilidad de “conquistar y ocupar” territorios y países no lo van a hacer, al menos, no forma parte del plan estratégico, pero pueden ocurrir accidentes e imprevistos.
Además de las sanciones que EEUU y países de la OTAN ya están imponiendo a Rusia, el verdadero costo para ese país es de tipo reputacional. No importa qué, cuánto y cómo argumenten los rusos, razones ni sinrazones; EEUU ya ha convencido al mundo de que Rusia es el agresor.
Ahora bien, tanto Biden como los demás dirigentes occidentales sabían que esto iba a ocurrir porque todo fue negociado con anticipación y a menos que ocurra un accidente imprevisto el guión de esta guerra está ya pautado.
EEUU y la OTAN después de expandirse hacia los países de Europa oriental que tienen fronteras con Rusia no podía dar marcha atrás ante la exigencia rusa de no incorporar a Ucrania a la OTAN debido a que, por distancia y tecnología, los enemigos de Rusia pueden instalar allí cohetería nuclear cuyo emplazamiento representa una amenaza existencial para Rusia porque la deja sin tiempo suficiente para responder a la agresión con su propia cohetería. Esa es la línea roja que no podían cruzar y cruzaron. Pero, esa línea roja ya había sido cruzada CUANDO RUSIA NO ESTABA EN CONDICIONES MILITARES DE IMPEDIRLO Y ESE ES EL CASO Y LA DIFERENCIA AHORA.
Devolverse, es decir, admitir que EEUU y la OTAN cedieron ante la exigencia rusa o que esta no se atrevió a hacer valer los derechos que reclama tiene un costo político alucinante para todos. Por tanto, acordaron una operación militar de envergadura, pero limitada.
Rusia consigue lo que necesita: evitar que Ucrania pueda ser usada hoy o mañana como plataforma para agredirla y EEUU y la OTAN cubren las apariencias de una capitulación mediante la cual ceden a Ucrania, pero sin admitir los derechos de Rusia, ni las limitadas capacidades propias ni la naturaleza agresiva de la expansión de esa OTAN hacia el este.
Ucrania, como Hungría, Rumanîa, Yugoslavia y otros países de la llamada Europa Central, proporcionaron cientos de miles de hombres a las fuerzas alemanas que invadieron a Rusia el 22 de junio de 1941. Tras el genocidio perpetrado por los nazis y ellos y tras una resistencia feroz, los rusos resistieron y contraatacaron. La invasión alemana hacia el este se convirtió en la retirada alemana hacia el oeste. Este proceso terminó en mayo de 1945 y Rusia lo saldó con 27 millones de muertos y daños incalculables. En el proceso Rusia ocupó y mantuvo el control de esos países hasta la disolución de la antigua Unión Soviética alrededor del año de 1992.
EEUU, en tiempos de Mijaíl Gorbachov, se había comprometido a no extender la OTAN hacia el este porque Rusia no quería tener vecinos beligerantes que pudieran ellos mismos o por instancia de otros prestarse a servir de nuevo para agredirlos. En la euforia triunfalista de esos años, ante una Rusia debilitada y como siempre despreciando el estudio y conocimiento de la historia, EEUU y sus socios desconocieron los acuerdos; alentaron, propiciaron, de todas las maneras y con todos los recursos violaron lo acordado y fueron gradualmente incorporando a esos países a la OTAN con la clara intención de cercar a Rusia y poder destruirla en el caso de que estallara una conflagración.
Sabedora de la intención de su competidor y muy consciente de la conducta que desatan las pretensiones hegemónicas de cualquier país, Rusia denunció, se opuso, alegó contra esa expansión de la OTAN, pero nunca pudo detenerla hasta ahora cuando hubo alcanzado y desbordado las capacidades militares propias indispensables para resistir las consecuencias en caso de que la sangre llegara al río. En cuanto a los elementos éticos y del derecho internacional involucrados, tienen escasa o ninguna importancia tras las invasiones recientes a Iraq, Libia, Siria y Afganistán para no mencionar Serbia y otros conflictos.
Para mejor entender la situación en Ucrania el lector debe revisar los términos de la DECLARACIÓN CONJUNTA de China y Rusia divulgada el 5 de febrero de 2022 que contiene la definición de un nuevo orden internacional y abarca una nueva definición de democracia que desafía la interpretación tradicional. Para ver la declaración conjunta: https://www.abc.es › internacional. Rusia y China proclaman el comienzo de una nueva era – ABC.