No me defino como una persona pesimista, todo lo contrario, mi propia vida ha estado siempre guiada por el optimismo. Como creyente aún tengo la esperanza de que “habrá un cielo nuevo y una nueva tierra”. El optimismo te empuja, motiva, te da fuerza para seguir adelante. Te anima y mueve; te obliga a levantarte, no obstante haber caído. A veces nos viene de afuera, y es bueno, pero mejor cuando nace desde adentro.

Pero el optimismo no niega el principio de realidad. Claro, y eso lo sé radicalmente, “todo es, según el cristal con que se mire”. Pero igual es muy importante evitar “solo ver, lo que se quiere ver”. No ayuda. Al contrario, ver solo lo que se quiere ver, puede conducir a reafirmar motivos, ideas, acciones que fuera mejor revisarlas muy críticamente y, si fuera necesario, erradicarlas.

En educación, y esto es un tema que mucha gente plantea, no solo hay que cambiar las preguntas –en ocasiones es muy necesario-, pero, sobre todo, hay que buscar nuevas respuestas.

Quienes solamente miran el problema desde las nubes, sin negar que esto da una visión del conjunto completo, en ocasiones pierden la esencia de lo concreto, lo particular. Lo global pudiera proporcionarnos una sensación de avanzar, y reitero, es bueno; pero ojo, lo real a veces, se nos puede escapar. Toda esta perorata es para armarnos de una actitud de ver sin engañarnos y, en ese sentido, eliminar la brizna que nos puede nublar la mirada.

Los dos estudios (TERCE-ERCE) coordinados por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE), el primero publicado en el 2015 y el segundo en el 2021, nos ofrecen posibilidades de hacer este ejercicio de “ver”. Ambos técnicamente planificados y realizados con unos mismos parámetros que pueden permitir su comparación. Advierto entonces, que estamos hablando de solo dos puntos a lo largo de un continuo que limitan las conjeturas. Nadie en su sano juicio, con solo dos puntos, se atreve a afirmar con total certeza la posición del tercer punto en el futuro. Podrá hacerlo como un deseo, planificado incluso, pero la realidad tiene unas maneras comportarse que muchas veces se nos escapa, incluso, a la mejor planificación.

En la parte que sigue describiré los resultados de las evaluaciones que se realizaron en ambos estudios en los grados tercero y sexto de primaria, en las asignaturas de lectura, matemática y ciencias.

Como es conocido, los informes del LLECE en lo que respecta a la presentación de los resultados lo hace de dos formas principales: como promedio por país respecto a la mediana regional y, además, como porcentaje de estudiantes por niveles de desempeño. Para una información pormenorizada puede ir a la página del LLECE en la que aparece el Informe de Resultados.[1]

Lo que a continuación expongo son los resultados para la República Dominicana. Es importante señalar de antemano que Brasil, Perú y República Dominicana son los países que presentan mayores avances.

Lectura:

Tercero de primaria:

(Gráfico 1) El gráfico y la tabla muestran el grado de variabilidad de los porcentajes de estudiantes que en lectura de tercero se distribuyeron por los niveles de desempeño considerados en ambos estudios. Como se observa, las diferencias son casi inapreciables, sobre todo en lo que se refiere al nivel de desempeño I, en el cual se sigue colocando el mayor porcentaje de estudiantes, 74.1% en el TERCE y 73% en el ERCE. Es importante considerar que en ambos estudios el Nivel II fue considerado como el mínimo indispensable.

(Gráfico 2) Ahora bien, el siguiente gráfico nos pone de relieve el significado más real de las diferencias. Los colores nos indican lo que aumentamos o disminuimos en cada uno de los niveles, así mientras en los niveles I y II logramos “sacar” el 1.1 y 3.0 respectivamente de los estudiantes, para el caso de los niveles III y IV aumentamos el 1.9% y 2.3% de estudiantes. Recuerde que se trata de las diferencias que se originan del TERCE hacia el ERCE. Por supuesto, las interpretaciones de estos resultados cobrarán importancia a partir de las expectativas que se tenían al conocer los resultados del TERCE con respecto al ERCE.

Sexto de primaria:

(Gráfico 3) Los datos de sexto del nivel primario muestran un comportamiento interesante. En los niveles I, III y IV aumentaron los porcentajes de estudiantes en los niveles de desempeño de un estudio al otro, en el nivel II lo contrario, disminuyó, pues en el TERCE llegamos a tener el 54,0% y en el ERCE el 41,0%.  Observe el comportamiento en los niveles I y II, al sumarlos pasamos de un 92% a un 82% del TERCE al ERCE. El 13,0% de los que lograron salir del nivel II se aproxima al 11,3% de los que aumentaron de un estudio a otro en los niveles I, III y IV.

(Gráfico 4) El gráfico que sigue muestra las diferencias que se originan al pasar de un estudio al otro en los cuatro niveles de desempeño. Lo más significativo es haber sacado del nivel II un 13,0% de los estudiantes y que fueron a parar a los otros tres niveles, aumentando de manera significativa en los niveles III y IV, pues subimos un 3,2% y 5,1% respectivamente. Lamentablemente también engrosamos con 3% más, el nivel de más bajo desempeño, que es el I. El esfuerzo que hay que hacer de cara a futuro, sin embargo, no deja de ser importante, pues aún entre los niveles I y II tenemos el porcentaje más alto de estudiantes (82%)

En una primera conclusión podríamos admitir un mejoramiento al comparar ambos estudios, aunque hay que admitir que los porcentajes de estudiantes en el nivel I sigue siendo muy alto: 73% y 41% para tercero y sexto.

Matemática

Tercero de primaria:

(Gráfico 5) Como era de esperarse, los resultados de las evaluaciones en matemática nos muestran niveles mayores de dificultades en los logros de aprendizaje de los estudiantes de tercero. En ambos estudios, el porcentaje de estudiantes en el nivel de desempeño I está por encima del 80%, aunque hay que admitir una disminución del 4.9% del TERCE al ERCE. Como en el nivel I, también se aprecian mejoras en el II y III, aunque en el IV disminuimos del TERCE al SERCE.

(Gráfico 6) La variabilidad, por supuesto, se aprecia mucho mejor en el gráfico que sigue. Disminuimos el porcentaje en los niveles I y IV, y aumentamos en los niveles II y III. Sabemos, por estudios realizados anteriormente, que el área de la matemática tiene sus propias complejidades. El estudio del 2014 sobre los dominios de los contenidos de la matemática a enseñar que nuestros docentes exhibieron fueron muy bajos, lo que se constituye en un reto más complejo.

Sexto de primaria:

(Gráfico 7) El comportamiento de los datos en el nivel de sexto de primaria guarda casi una misma relación que los de tercero. Los cambios entre ambos estudios son casi inapreciables en el gráfico. Tanto en primero como el segundo estudio analizado, el porcentaje mayor de los estudiantes se encuentra en el Nivel I de desempeño, y todavía más, si sumo los niveles I y II la diferencia entre los porcentajes será menor de una (1) unidad porcentual (98% y 97.8%). Recordar de nuevo que el nivel de desempeño II es el mínimo considerado.

(Gráfico 8) El comportamiento de las diferencias porcentuales entre TERCE y ERCE es distinta, para el caso de sexto, pues aumentaron los porcentajes en los niveles I, II y III (3,0, 3,2 y 5,1 porcientos respectivamente), y disminuyó significativamente en el nivel II con un porcentaje de 13,0%. De igual manera, ¿cuáles fueron las expectativas a partir de conocer en el 2006 los resultados del TERCE hacia el ERCE en el 2019?, permitiría considerar mejor estos hallazgos.

En una segunda conclusión, hay que admitir que hubo una mejoría relativa pues aumentamos la participación de estudiantes en el nivel III y IV, con una disminución significativa del nivel II. Pero hay que admitir también el aumento de un 3% de estudiantes en el nivel más bajo.

Ciencias:

(Gráfico 9) En los estudios del Laboratorio somos de los pocos países que participa en la evaluación de la ciencia en sexto grado.

El comportamiento de los datos sigue una cierta similitud a los anteriores. En el ERCE tenemos menos estudiantes en el nivel I, aumentando en el II y el III, y permaneciendo igual en el nivel IV.

(Gráfico 10) Como en los casos anteriores, la variabilidad porcentual se aprecia mejor en el gráfico siguiente, destacándose la disminución en un 4,7% en el nivel I y un aumento de 3,1% en el nivel II.

En conclusión, para esta tercera parte, hay una tendencia a la mejora pues estamos disminuyendo el porciento de estudiantes en el nivel más bajo, y aumentando en los niveles superiores.

Reflexiones finales:

(Gráfico 11) A pesar de los logros relativos alcanzados en la distribución de los porcentajes de estudiantes por grado y asignatura en los niveles de desempeño, como país tenemos que seguir admitiendo que nuestros promedios alcanzados en todos los casos, se muestran por debajo del promedio de la región, lo que debe hacernos reconocer que debemos poner mucho más énfasis en la formación docente inicial y continua, como en el acompañamiento a las escuelas y docentes.

Por las características técnicas de los estudios, TERCE y ERCE, pueden ser comparables, no así respecto a los dos anteriores (PERCE y SERCE). Eso significa que tenemos dos puntos de un continuo, que como hemos planteado, se aprecian mejoras relativas, una tercera evaluación nos podrá confirmar sin la tendencia se mantiene o cambia. Pudiéramos admitir que hemos avanzado, pues además de “sacar” estudiantes de los niveles de desempeño más bajo, aumentamos en los niveles más altos. Son porcentajes mínimos que tomarán mayor relevancia si la tendencia continua en un próximo estudio.

Al final de cuentas, si el país quiere mejorar los logros de aprendizajes de todos sus estudiantes debe entender que hay dos cuestiones importantes, colocar los intereses de los estudiantes por encima de cualquier otro y, en segundo lugar, darles continuidad a las políticas educativas. La influencia de la política partidaria en todos los estamentos del ministerio, incluyendo la escuela, como las discontinuidades permanentes en las políticas, son en gran medida factores que pesan en esa aspiración social.

Como se ha planteado en múltiples ocasiones, no se trata solo de aumentar el presupuesto de educación, hace falta darle calidad a dicha inversión. Del 2012 al 2022 hemos pasado de una inversión por estudiante que va de RD$26,187.00 a RD$96,012.00 en promedio. En este último año la inversión por nivel y estudiante es como sigue: Inicial (RD$100,479.00), Primaria (RD$110,133.00) y Secundaria (RD$77,425.00).

Cualquier ciudadano tendría el derecho a preguntarse a partir de estos resultados expuestos ¿y a dónde ha ido a parar todo ese dinero?

[1] Recuperado en 380257spa.pdf (unesco.org)