Lo primero es asesorarse con Najib Bukele, quien en pocos meses llevó a las cárceles salvadoreñas a más de 72 mil pandilleros. Lo segundo es vigilar bien a los policías haitianos, posibles cómplices del pandillerismo. Lo tercero es seguir toda sugerencia que hagan desde el país vecino, que conoce bien todo lo que allí ha ocurrido. Lo cuarto es tirar a matar, que es lo único que entienden los pandilleros. Lo quinto es lo que hubiera hecho Jomo Kenyatta, padre de su patria: aliarse a las fuerzas progresistas haitianas. Lo séptimo es no retirarse de Haití mientras haya un pandillero vivo…(Si no vienen en plan de guerra, mejor quédense en África).