El concepto que estoy manejando en este artículo sobre institucionalidad es amplio. Me refiero a grupos diversos, de las empresas, del Estado, de la sociedad civil, de la familia, el vecindario, a todo tipo de organización y también a las relaciones entre personas.

El buen trato, la serenidad, hacen tejidos sociales saludables, fuertes, donde predominan la consideración, la lealtad…

Cuando hay que tomar decisiones creo que es recomendable llevarse de Stephen Covey (QDE), en lo que expone en su libro Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, en su cuarto hábito: Ganar Ganar  https://franklincovey.com.co/habito-4/. En este hábito, se amplía, se apoya el arte de la negociación, de ceder, de parte y parte.

“¿Por qué Ganar-Ganar?

Muchas personas piensan en términos de así o así: o eres amable o eres duro. Ganar-Ganar requiere que usted sea ambos. Es un acto de equilibrio entre el valor y la consideración.

Hay tres rasgos vitales del carácter que son esenciales para este paradigma:

Integridad: apegarse a sus verdaderos sentimientos, valores y compromisos.

Madurez: expresar sus ideas y sentimientos con valor y consideración por las ideas y los sentimientos de los demás.

Mentalidad de Abundancia: creer que hay suficiente para todos.” Ibíd.

Creo, y deseo fervientemente, en que nos construyamos como personas democráticas, participativas, de ciudadanía activa, social y política. Así podemos ir construyendo espacios humanos, locales, a nivel meso, macro, de calidad humana, y que, a donde vivir en grupos sea, agradable y sea eficiente.

Y para ello son importantes las cualidades, en las que insisto: suavidad, serenidad, cuidar nuestras palabras, hacer un esfuerzo para ser leales, considerados/as.

Seamos críticos, denunciemos las injusticias y tomemos decisiones desde el poder con serenidad, y con una correcta administración, sin excesos.

Todos, todas, tenemos que ser asertivos (hablar con firmeza, carácter, consideración, amabilidad) ceder, ganar-ganar, necesitamos de una cultura democrática, de la alegría y de la firmeza de caracteres en aras de la justicia y de la alegría.