El siglo XXI ha traído consigo grandes procesos de cambio que han reformulado las relaciones sociales, culturales, educativas, políticas, tecnológicas y laborales. Específicamente, en el ámbito de la educación este cambio plantea nuevos y grandes retos a los diseñadores de políticas educativas, directivos, investigadores, docentes y estudiantes.

Estos cambios están bajo el  impacto de la crisis desatada por la pandemia de la COVID-19, que, a su vez,  nos  presenta una gran oportunidad de innovar, de pensar y buscar nuevos caminos, donde la ciencia, la tecnología y la innovación son factores relevantes en la búsqueda de nuevos modelos educativos para formar ciudadanos responsables de cara a una nueva realidad nacional y global.

El modelo STEAM es un ejemplo de ello. Un programa de carácter científico que pretende adecuarse y dar respuesta a las nuevas exigencias académicas y laborales del presente y del futuro. ¿Pero qué significa STEM y STEAM? ¿Cuál es la diferencia?

STEM es el acrónimo bajo el cual se engloban las siglas Science, Technology, Engineering, Mathematics, lo que para el sistema educativo dominicano sería Ciencias Naturales, Tecnología y Matemáticas.

Este modelo educativo se inició con el nombre STEM  en los Estados Unidos en la década de los 90. Comenzó como un movimiento liderado por los empresarios, buscando generar nuevas soluciones de competitividad.

Desde hace algunos años a este acrónimo se le añade la letra A, sinónimo de Arts, que representa a las disciplinas de arte y diseño. La iniciativa la puso en marcha la Rhode Island School de EEUU. Desde entonces STEAM ha traspasado las fronteras del continente americano llegando a tener  una presencia internacional.

En el año 2006  Georgette Yakman (pionera en Educación STEAM) introdujo el término STEAM para exponer un nuevo paradigma educativo en el que la ciencia y la tecnología  son interpretadas a través de las artes.

A partir de este momento se comenzó a hablar de educación, corriente y competencias STEAM. El concepto no hace referencia únicamente a la integración de las cinco disciplinas, sino que se trata de una forma de hacer, donde el trabajo colaborativo es la pieza angular y a partir de ahí empieza el desarrollo de proyectos.

El modelo educativo STEAM parte de la expectativa de compartir con las disciplinas científicas las posibilidades creativas que aportan las artes plásticas, lo que constituye un valor añadido que completa el trabajo en un espacio interdisciplinar. Aporta una mirada creativa que complementa el aprendizaje de los programas científicos y potencia el pensamiento crítico, creativo e innovador.

En Corea del Sur, que consta de  una educación que forma  alumnos líderes mundiales en matemáticas y ciencias, observaron que bajaba el interés de sus estudiantes en ciertos campos. Notaron que si bien es cierto que las ciencias y matemáticas son beneficiosas, se han ido alejando demasiado de cualquier aplicación en el mundo real. Sus estudiantes se aburrían. Por eso el Ministerio de Educación coreano decidió su integración con las artes.

En Estados Unidos se ha puesto en marcha la iniciativa “Educate to Innovate”, que se sustenta en el modelo STEAM y que cuenta con el apoyo de organizaciones sin ánimo de lucro, grandes corporaciones y sociedades científicas y de ingeniería, con una inversión millonaria. En Europa ya ha llegado el debate STEM vs. STEAM.

Como modelo pedagógico, STEAM plantea todo un desafío para las escuelas: desde el diseño de las actividades, hasta la necesidad de revisar las prácticas docentes en torno al trabajo con otras disciplinas.

Lo primero, para llevar STEAM a las escuelas escuela, es que haya un equipo directivo que apoye la innovación educativa y docentes dispuestos a afrontar el desafío. En segundo lugar, es muy importante considerar la edad de los estudiantes para el diseño de las propuestas.

Uno de los mayores obstáculos que enfrenta el modelo de educación STEAM es la necesidad de cambiar los sistemas de evaluación. Las evaluaciones deberán estar enfocadas a los procesos, entonces el trabajo con rúbricas será de utilidad.

Por otro lado, tanto el modelo STEAM como el trabajo conjunto entre disciplinas no están considerados en los profesorados tradicionales. Por eso, llevarlo a la escuela supone todo un desafío para los docentes no acostumbrados a pensar las disciplinas bajo la lógica de espacios colaborativos.  

 En definitiva, lo que persigue la educación STEAM es que los estudiantes desarrollen proyectos innovadores integrando las cinco disciplinas, trabajando de forma colaborativa y dando lugar a aprendizajes prácticos.

Esperamos que  la puesta en práctica del modelo STEAM sea una de las tareas del Pacto Educativo cuando despierte. Y lo sea también para el Ministerio de Educación (MINERD) que acaba de anunciar que formará maestros bajo el programa STEM. Y ojalá puedan  hacerlo bajo el modelo STEAM. ¡La A lo cambia todo!