Mis mejores amigos musicógenos (que, por suerte, todavía tengo) están de acuerdo conmigo cuando afirmo rotundamente que en la historia musical dominicana la mejor intérprete de nuestra modernidad (estilo exclusivo, matices inigualables, repertorio coherente) es Sonia Silvestre. Y hoy, después de dedicar una hora de mi fin de semana a escucharla placenteramente, lo reitero nuevamente…(¡Cuánto siento que haya muerto tan joven, pues hoy, atrapados por la odiosa vulgaridad y la ausencia del verso de buena calidad, lamento mucho que Sonia nos haya dejado huérfanos del buen gusto musical!).