En cualquier otro país, por lo menos de América (y así ha sido aquí en el pasado), todo candidato presidencial de la oposición basa su discurso de campaña en el proyecto de gobierno que promete cumplir (simple promesa). Además, se reúne por separado con los diferentes sectores que integran la sociedad: obreros, campesinos, empresarios, profesionales, artistas y etcétera, para saber qué esperan de su posible gestión de gobierno. Además, visita o recibe a líderes políticos de otros países, con lo que implícitamente muestra su ideología… (Queda claro, pues, que aquí no tenemos candidatos, sino candidotes).