El actual ministro de Educación, Ángel Hernández, en un encuentro que sostuviera con directores regionales y distritales, pone el dedo sobre la llaga de la educación al advertir en qué se ha convertido el enorme esfuerzo que supone para el país el 4% del PIB en su presupuesto. Una extraordinaria nómina que ha ido creciendo con el tiempo sin que ello signifique una mejor atención al proceso misional y fundamental del Ministerio: la enseñanza y los aprendizajes.
El ministerio de Educación, como le he oído decir a más de una de sus principales autoridades, es un monstruo de siete cabezas, complejo de coordinar y sobre todo muy costoso. El nuevo ministro dice haber encontrado una nómina de 250,000 empleados. Por supuesto, cabría preguntarse si son necesarios todos esos servidores para mover los procesos que suponen los planes, proyectos y programa que guían el accionar diario del Minerd.
No hay dudas que construir planteles escolares, como darle mantenimiento, así como dotar todas las escuelas de insumos para los procesos que allí deberían estar ocurriendo, además de proporcionar alimentación a estudiantes, maestros y personal docente y administrativo que en ella acuden es costoso y, mucho más, si se le suma la nómina administrativa de la sede, las regionales y distritos educativos, así como sus diferentes institutos. Esta realidad ha alertado a muchos sectores de la sociedad dominicana pidiendo una mejor calidad en el gasto en educación.
El año pasado la Revista Global de la Fundación Global Democracia y Desarrollo publicó un ensayo que escribiera para la misma en su edición de septiembre-octubre del 2021, con el título Presente y futuro de la educación dominicana[1], en la cual mostraba el movimiento del gasto corriente y de capital en educación[2] entre los años 2012 y 2018, verificándose un incremento sistemático del primero en comparación con el segundo. A este respecto presentaba el gráfico que aparece a continuación y que como se puede observar para el 2013, cuando se inicia la aplicación del 4% del PIB, al 2018, el gasto de capital pasa del 35.77% al 7.63%.
Alertados por esta realidad de la inversión o el gasto en educación, amplios sectores de la vida nacional han llamado a “vigilar” la calidad de este. Ángel Hernández hoy, desde su posición de ministro lo dice de esta manera:
“De nada se justifica, el ministerio tiene doscientas cincuenta mil personas nombradas, con un presupuesto casi de doscientos cincuenta mil millones de pesos y todo se va al zafacón, ¿por qué? Porque los niños no aprenden, no están aprendiendo. Entonces eso no tiene sentido, hacer una inversión tan alta durante diez años para que el dinero se pierda”.
La realidad del gasto no ha cambiado mucho, para agosto de este mismo año 2022, la ejecución del gasto en educación es como sigue[3]:
En este sentido el llamado del ministro de Educación es fundamental:
“Hay que orientar todo el esfuerzo del ministerio de educación, todo el esfuerzo, todos los recursos humanos, para que ustedes vean que el aula es lo principal, el aula es donde se desarrolla el proceso educativo en particular. Y ahí es donde la sociedad fracasa o se desarrolla. Y hasta ahora el nivel desarrollo que hemos logrado ha sido precario; todas las evaluaciones indican que estamos en el suelo”.
Hoy cobra mayor sentido aquella frase enarbolada hace ya muchos años: “La escuela no puede sola”, solo que hay que agregar: “Y tampoco el ministerio puede solo”. La sociedad en su conjunto debe apoyar y mantener por encima de cualquier otro interés lo dicho por el ministro: “el aula es lo principal”.
[1] Valeirón, J. (2021). Presente y Futuro de la educación en República Dominicana. Volumen 17 No. 96. Septiembre-cctubre 2021.Pgs. 14-23.
[2] Mientras los gastos corrientes son aquellos que permiten el funcionamiento diario, como el de librería o sueldos, los de capital son aquellos que incrementan el patrimonio como son construcción de aulas y su dotación, por ejemplo.
[3] Según el Informe de Medio Término de Ejecución Presupuestaria. Enero-junio 2022. Recuperado en 9690da3e-43ba-6427-7046-c0f923d8c098 (transparenciafiscal.gob.do)