Tal vez puedas pensar qué relación tiene escribir y leer sobre África con todos nosotros, aquí en República Dominicana. Y si lo piensas un poco, ¿qué somos nosotros los dominicanos? ¿Acaso no conoces la relación que tenemos con África? Ciertamente, no todos llegamos de África, y hace mucho que vinimos de allá. Pero la historia no se borra y la cultura se transmite, igual que los genes, de generación en generación, de manera que lo que somos hoy, nos lo han transmitido nuestros antepasados que llegaron de África. Y también de otros lugares, sí. Pero los otros orígenes nos los enseñan en la escuela, y el africano no. Y viene muy bien a la efervescencia que se ha armado por el diferendo que tenemos con nuestro país vecino, Haití, de población afrodescendiente con menores niveles de mezcla racial y cultural con los europeos que los colonizaron y esclavizaron, por el tema del uso y aprovechamiento de las aguas del Rio Dajabón o Masacre. Por eso es que lo tratamos aquí. Así que no te impacientes, que todo lo que aprenderemos es importante, y cuando te escuchen exponer sobre lo que has aprendido, te mirarán con asombro y todos sabrán lo estudioso e inteligente que eres.
Y como esto es lo más parecido a una clase de ciencias sociales, haremos una recapitulación, como hacen los maestros. Puedes también retomar las primeras publicaciones sobre la geografía africana, y viendo el mapa encontrarás la región meridional ubicada al norte del continente, casi en su totalidad ocupada por el Desierto del Sahara. Pues bien, al sur del Desierto del Sahara se encuentra el Sahel, que es lo que describiremos hoy, una zona biogeográfica y ecoclimática que se extiende, como una franja de oeste a este, desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo. Ocupa los países africanos de la siguiente forma: el sur de Mauritania, el norte de Senegal, centro de Mali, norte de Burkina Faso, sur de Níger, norte de Nigeria, centro de Chad y de Sudan, Eritrea y norte de Etiopia. Su extensión ocupa un área de 3053200 km², con varios cientos de miles km de ancho y una longitud de 5400 km. Su nombre proviene del árabe “sahil”, que significa borde o costa, aludiendo a la línea de vegetación que delimita el mar de arenas del Sahara.
El Sahel es una zona con una historia muy antigua, que se remonta a 5000 a.C. Con topografía principalmente llana, su altitud no sobrepasa los 200-400 mts, donde existen zonas montañosas y muchas mesetas aisladas, entre las que destaca la Meseta de Darfur en Sudán. En cuanto a sus recursos naturales, el Sahel se encuentra cubierto por tierras de pastos y sabanas, áreas boscosas y matorrales. Entre los arboles con presencia dominante se encuentran varias especies de Acacias, como esta preciosura que ven aquí, la Acacia tortilis, que es la más común junto a la Acacia senegal y Acacia laeta. De igual manera existen otros árboles hermosos, vinculados a las comunidades africanas desde los años 4000 a.C. Es el árbol datilero del desierto, Balanites aegyptiaca, el cual se distribuye en gran parte de África tropical hasta el Mediterráneo. Fue cultivado en Egipto y colocado en los lugares funerarios como ofrendas votivas desde la Dinastía V. Se utilizan todas las partes de la planta, incluso en casos de hambrunas y fructifica en tiempos de sequía.
En cuanto a la fauna, es como la habíamos visto en programas de National Geographic, sin ánimo de promoción, como por ejemplo variedades de gacelas, entre la multitud de mamíferos de pastoreo oriundos de esos territorios. A pesar de su belleza y sus importantes roles ecológicos, hoy en día la supervivencia de esos animales se encuentra amenazada por la cacería excesiva y la lucha por el alimento. También leones, guepardos y elefantes se encuentran allí.
Orix blanco
En materia de vida humana en el Sahel, ya hemos mencionado que ha sido un lugar habitado desde hace miles de años antes de Nuestra Era. Allí aparecieron los primeros ejemplos de domesticación de plantas para la agricultura, hacia el año 5000 a.C. cuando se inició el cultivo del sorgo y el arroz, donde también fue domesticada nuestra querida guinea, que ya ven, al igual que nosotros, viene de África. Pero su origen no es de allí, sino de Mongolia, donde dio origen a los más antiguos faisánidos, los cuales, a su vez, evolucionaron a especies de altitud, para volar en las montañas de las mesetas tibetanas. Las guineas, por su parte, se quedaron en África, y de allí fueron introducidas a otros lugares, como a los campos de nuestra isla.
Según la información consultada, un tema de mucho interés, es la formación del Desierto y su influencia sobre las características ecológicas de estos territorios en relación a la población de seres vivientes, incluidos los humanos, que se vieron afectados por dichas condiciones. Lo que se expone es que hacia el año 4000 a.C. las condiciones climáticas se hicieron cada vez más secas, lo cual provocó una disminución significativa del agua en lagos y ríos, provocando una progresiva desertificación, disminución de las poblaciones con capacidad de asentamientos, y migración de poblaciones hacia zonas húmedas de África Occidental.
Los países que conforman el territorio del Sahel, que se han formado ya en tiempos de los periodos que se han dado en llamar de “Modernidad”, son los que se ven en el mapa que les expongo más arriba, de Occidente al Este: Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán y Eritrea. ¿Conoces algo sobre esos países? ¿Cuál es su historia? ¿Cuál es su población? ¿Qué idiomas hablan y conocen? ¿Por qué unos países hablan árabe, otros francés, o inglés? ¿Qué opinas si lo averiguamos? Es lo que haremos.
Hoy me encontré con un chico en el metro que se quedó muy contento luego de explicarle que la inercia, que no conocía, lo ayudaba a no acostarse sobre el tubo como estaba, en lugar de simplemente sostenerse. La observación del comportamiento es lo que explica lo que somos, lo que sabemos y lo que podemos hacer con ello. Mientras tanto, seguiremos poniendo un granito de arena para demostrar lo importante del conocimiento y cómo a través de la lectura y el estudio se pueden descubrir y dominar tantas cosas, en lugar de permitir que otros nos dominen a nosotros.