Olvidemos de Reforma Constitucional, Fiscal, Laboral. Olvidemos reformar la Educación, la Salud, la Policía, la Justicia y demás entretenciones. Pongámonos claros: la reforma más urgente, que no puede esperar ni un día, que no demanda comisiones mixtas y ningún consenso social, porque ese consenso desde hace mucho tiempo es cien por ciento favorable, es (observemos los hechos) la Reforma del Tránsito, que debe abarcar todas las calles, avenidas, carreteras y caminos vecinales, para ahorrarnos centenares de muertos y miles de hospitalizados…(Con la ventaja de que para esa reforma sólo necesitamos lo que hoy no tenemos: Autoridad).