Ya no come carne ni pescado. Los recortes

de luz y el frigorífico que pierda su frío

estropean los alimentos. Nadie quiere el olor

de pescado podrido dentro de la casa

cuando uno trata de leer o escribir, o teclea

en el ordenador cuando la energía vuelva

a encenderse. Preguntamos ¿ cuándo podremos

disfrutar de la luz veinticuatro horas a la semana?

¿En el infierno? O con un nuevo equipo

en el ejecutivo y el congreso? ¿Aún crees

en la posibilidad de renovación? Miro los signos,

el arco iris, una carta de hace años descubierta

después de haberse perdido, la tinta viva

todavía, las palabras, vitaminas inagotables.