Para no echar en cara a los responsables de la cosa pública de hacerlo mal, es la técnica que usan los organismos internacionales de no decirles en sus caras a los responsables que lo están haciendo mal. Decirles que tienen “retos, desafíos y oportunidades”. En este caso se trata del Ministerio de Educación. En 1997 los organismos internacionales tuvieron que venir a decirle al gobierno dominicano de entonces, oye, no estás respetando el derecho a la educación de tus ciudadanos, porque la escuela rural seguía siendo hasta cuarto grado, en plenos umbrales del siglo XXI..!!!. y entonces debieron empezar a incluir a toda la población infantil en las escuelas y ofrecer educación hasta el bachillerato, liceo, o como se le llame, o se le quiera llamar.
Y hoy, 25 años después, y viendo los resultados de las pruebas PISA, vemos la poca eficiencia que ha tenido para nuestra población, aquella preocupación internacional de que nuestros niños no tenían futuro por su exclusión al derecho a la educación. La educación sigue siendo una tarea pendiente y no se sabe a ciencia cierta cuál de los dos factores intervienen con más fuerza para truncar el futuro de nuestras poblaciones, si la falta de voluntad institucional para que la gente cuente con herramientas para salir ellos mismos de la pobreza, o es que las instituciones públicas encargadas de la labor deben continuar siendo engullidas por los políticos para su beneficio particular, poniendo de lado el ejercicio y la función que en realidad deben ejercer. O si son las dos a la vez.
Y es que si quieren robar, por favor, roben. Si quieren aprovecharse de las posiciones públicas, por favor, háganlo. Pero y por qué deben dejar de cumplir con la función que se les ha encomendado? Porque de seguro que no es obligado que se les ha dado, sino que en las reuniones con los “compañeritos” eligieron el puesto que se les dio. Entonces cuál es la dificultad para cumplir con su trabajo, si tan buenos sueldos les han asignado, tomando en cuenta sus valiosos aportes de campaña??
El Ministerio de Educación debe abocarse de manera urgente a adoptar una nueva metodología en el proceso de enseñanza aprendizaje en todas las escuelas y niveles de la educación pública del país. Abandonar la memorización y el responder los exámenes con la respuesta que está en el libro, para adoptar nuevas metodologías de enseñanza en la que se ofrezca de manera integral la información que se debe aprender y que los niños aprendan a manejar dicha información para enriquecer sus maneras de manejarla de una forma útil para ellos. Se le llama metacognición. La metacognición consiste en ofrecer al estudiante la información para que la analice y conozca el uso que debe darle en su proceso de internalización del conocimiento. También es bueno aplicar al proceso de enseñanza aprendizaje en nuestras escuelas la pirámide de taxonomía de Bloom, para que el proceso de enseñanza aprendizaje sea dinámico, no sea aburrido, y los estudiantes aprendan a analizar, evaluar y crear sus propios conocimientos e intereses a partir de lo que aprenden en la escuela.
Otro aspecto que se debe tomar en cuenta en una nueva metodología de enseñanza para las escuelas en la integralidad. El conocimiento debe ser integral y holístico, porque todos los procesos y fenómenos se encuentran íntimamente relacionados, y los estudiantes deben saber que las formas en que se siembran y cosechan los alimentos que venden y compran en la bodega o el supermercado, van a incidir en la salud o la enfermedad de sus familias por la forma en que se produjeron, como un ejemplo simple de lo que estoy planteando.
Para que así no lleguen a la universidad los estudiantes preguntándose para qué les enseñan el ciclo del agua, cuando los ríos del país se están secando, o que la gente te diga en el metro “agárrese doña”, cuando la inercia no me va a llevar a ninguna parte, a menos que no se le atraviese al vagón una guagua voladora. Tan sencillo como eso. Aprovechemos el empujoncito que nos dan los organismos internacionales para que labremos un futuro mejor a nuestros descendientes. Estos tiempos de crisis, por más que amasemos fortunas y aseguremos niveles sociales de relevancia, no siempre son garantías para un mejor futuro, porque siempre habrá de quién o de qué depender en la vida, que da muchas vueltas y mañana no sabemos dónde estaremos. Hagámoslo.