El 2022 pandémico nos lega un 2023 que más o menos promete ser mejor en sentido muy general. El 2022 de ciclón y una vaguada del carajo nos trae a un 2023 con mejor pronóstico del tiempo. El 2022 de estúpida guerra lejana nos ha puesto en el 2023 de la paz que aspiramos.  El 2022 de Haití vuelto-un-lio y una frontera demasiado larga nos pone en un 2023 en el que no deberemos tener ninguna amenaza. El 2022 de insólita economía nacional estable nos entrega un 2023 que nos reta a emularlo… (En fin, el 2022 que hemos vivido con todas sus yerbas más o menos aromáticas nos impone un 2023 en el que debemos reiterar que efectivamente este es un país del carajo).