Según Magdalena Brier, directora general de la Fundación ProFuturo y Mariano Jabonero, secretario general de la OEI (2023), consideran que la responsabilidad docente al incorporar ChatGPT en el proceso de aprendizaje es fundamental para garantizar una experiencia educativa efectiva y ética. Otros autores, citados por estos, como son Anderson y Rainie (2018), plantean que los educadores deben ser conscientes de la información proporcionada por la inteligencia artificial (IA) y validar su precisión antes de compartirla con los estudiantes. Asimismo, Siemens (2013) opina sobre la importancia de guiar a los estudiantes en el uso crítico de la tecnología, fomentando la reflexión y el análisis. La responsabilidad docente implica tanto el manejo adecuado de la herramienta, como la orientación para que los estudiantes desarrollen habilidades críticas y discernimiento frente a la información generada por ChatGPT en el proceso educativo.

Para Smith (2019) y Jones et al. (2020), la responsabilidad docente al incorporar ChatGPT en el aprendizaje incluye la supervisión activa para garantizar la precisión y pertinencia de la información, ya que es esencial fomentar el pensamiento crítico y validar la información obtenida a través de fuentes académicas confiables, promoviendo así un uso educativo efectivo de esta tecnología.

La transformación digital que vive la sociedad en las últimas décadas enfrenta a todos a dinámicas y demandas en el ámbito de la educación que cada vez son más conocidas y estudiadas. Se ha avanzado en profundizar en nuevas metodologías pedagógicas, en la implicación de la tecnología y de los procesos de digitalización en la enseñanza, así como en la construcción de modelos híbridos y flexibles o en competencias pedagógicas más contextualizadas. Sin embargo, en tal proceso se producen disrupciones como la generada por la inteligencia artificial que, aunque en nuestro día están instalados casi de manera imperceptible, se sabe poco sobre sus implicaciones en el campo de la educación. Sin embargo, diversos agentes están movilizándose para aunar esfuerzos en esta ardua tarea y emprender nuevos retos a favor de la mejora de la calidad educativa en los países latinoamericanos, indican los primeros autores citados.

La responsabilidad docente al utilizar ChatGTP es crucial para garantizar un entorno educativo efectivo y ético. En tal sentido, se incluyen aquí las siguientes consideraciones que los docentes deben priorizar en el trabajo cotidiano con sus estudiantes, planteadas por esta herramienta de ayuda para aprender:

  1. Supervisión y orientación. Los docentes deben supervisar de cerca la interacción de los estudiantes con ChatGPT para garantizar que se utilice de manera apropiada. Así como brindar orientación sobre el uso adecuado de la herramienta y establecer expectativas claras sobre la conducta ética en línea.
  2. Contextualización de la información. Enseñar a los estudiantes a evaluar críticamente la información generada por ChatGPT y contextualizarla en el marco del contenido del curso. Destacar las limitaciones de la inteligencia artificial y la necesidad de verificar informaciones importantes.
  3. Énfasis en la proactividad y el pensamiento crítico. Fomentar el uso de ChatGPT como una herramienta para desarrollar habilidades creativas y de pensamiento crítico en lugar de depender exclusivamente de respuestas generadas automáticamente.
  4. Sensibilidad cultural y ética. Abordar y discutir cuestiones éticas, culturales y de sesgo al utilizar ChatGPT para evitar la propagación de informaciones incorrectas o perjudiciales.
  5. Evaluación auténtica. Diseñar evaluaciones que requieran la aplicación del conocimiento adquirido a través de ChatGPT en lugar de simplemente replicar información proporcionada por esta herramienta.
  6. Protección de la privacidad. Asegurarse de que los datos personales de los estudiantes estén protegidos y que se cumplan las normativas de privacidad al utilizar plataformas en línea.
  7. Conciencia de sesgo. Reconocer y abordar cualquier sesgo inherente en los modelos de inteligencia artificial, explicando a los estudiantes la importancia de considerar diferentes perspectivas.
  8. Monitoreo continuo. Mantenerse informado sobre las actualizaciones y cambios en las políticas de uso de la herramienta y en consecuencia ajustar las prácticas docentes.
  9. Promover colaboración. Fomentar la colaboración entre estudiantes para que compartan ideas y perspectivas, utilizando ChatGPT como una herramienta para mejorar la interacción y no como un reemplazo de las discusiones entre ellos.
  10. Comunicación Abierta. Mantener una comunicación abierta con los estudiantes, alentando preguntas y discusiones sobre el uso de ChatGPT y abordando cualquier inquietud que puedan tener.

En última instancia, la responsabilidad docente radica en guiar a los estudiantes para que utilicen las herramientas de manera ética, desarrollen habilidades críticas y se conviertan en usuarios informados de la tecnología.