A un año de celebrarse las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el congreso recientemente introdujo la propuesta de ley que pudiera otorgarle residencia permanente a millones de indocumentados, que llevan años en una laguna jurídica.
La pieza legislativa surge de manos de la congresista demócrata Norma Torres, el dominicano Adriano Espaillat y otros colegas. Busca otorgar residencia regular a once millones de personas.
Cabe destacar que la propuesta no es nueva. La variable ahora es que los trabajos que realizan los legisladores tienen la finalidad de eliminar la línea de tiempo para otorgar la green card (residencia permanente), sin disponer de un periodo especifico de entrada y permanencia del inmigrante en el país. Uno de los requisitos será que el indocumentado lleve más de 7 años residiendo en el país de manera ininterrumpida.
El Registro es una sección de la ley de inmigración que le permite solicitar la Tarjeta Verde (Residencia Permanente) a ciertos individuos que han estado presentes físicamente en los Estados Unidos desde el 1 de enero de 1972, aún si a la fecha continúan de manera irregular.
Han pasado decenios sin que los congresistas se pongan de acuerdo, pero en marzo de este año se volvió a introducir, y millones de inmigrantes han depositado sus esperanzas en la misma. No han faltado trabas y se ha afectado a millones de personas, que buscan nuevas oportunidades en esta nación.
Hasta el momento, la ley no ha recibido el rechazo de ninguna de las cámaras, pudiendo convertirse en uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos tiempos, y sería una solución para el problema de la incertidumbre que viven los migrantes no regularizados. Lo fundamental aquí es que se lograría agilizar el tortuoso proceso que conlleva más de 5 años para hacerse residente.
Se busca compensar de manera justa a personas que llevan años aportando a esta nación y muchas veces el mismo sistema los “obliga” a mantenerse en la ilegalidad.
Se trata de personas que llevan años aportando a esta nación y muchas verses el mismo sistema los “obliga” a acceder al mercado ilegal para poder lograr un empleo. Fuera de las elecciones presidenciales del año venidero, se lograría reducir la presión al actual presidente Biden y a su administración. La reforma migratoria es la única solución políticamente aceptable- de momento- por el exceso de personas que diariamente intentan cruzar la frontera sur. Los congresistas están obligados a buscar una solución.
De llevarse a feliz término, la legislación constituiría uno de los mejores esfuerzos de republicanos y demócratas de las últimas décadas, aportando paz y documentos a los beneficiados; siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos exigidos en misma ley.