A fines del año pasado publiqué un artículo titulado “¿Le molesta la inflación? Compre lo esencial” (15 de diciembre 2021). La inflación registrada en ese momento era cerca de 8%, efecto de factores asociados con la pandemia, en particular, las facilidades monetarias otorgadas ante el declive en las actividades económicas y las distorsiones en la producción y distribución de bienes. Luego, en febrero de este año, se produjo la invasión de Rusia a Ucrania que también trajo un aumento de precios.
O sea que, en los últimos meses hemos tenido mayor inflación por el efecto combinado de la pandemia y la guerra.
Como dije en diciembre, de manera individual no tenemos capacidad de incidir en los procesos económicos que provocan la inflación. Pero no estamos totalmente desprovistos de poder para protegernos. Necesitamos decisiones inteligentes.
En economía se ha estudiado y debatido mucho cómo debe manejarse la inflación. Una medida común para bajar los precios es subir las tasas de interés para hacer el dinero más caro y que se consuma menos.
Eso están haciendo ahora las autoridades monetarias en diversos países, incluida la República Dominicana, porque uno de los factores que se atribuyen como causantes de la inflación actual es el aumento en la cantidad de dinero en circulación.
Sin embargo, podría suceder que pequeños aumentos en las tasas de interés no reduzca sustancialmente el consumo si mucha gente tiene suficiente dinero para gastar.
De ser así, las autoridades monetarias se verían precisadas a subir más las tasas de interés, y, eventualmente, el alto costo del dinero bajaría el consumo y la inflación. De alta inflación con crecimiento podría pasarse entonces a una recesión.
Ojo: los medicamentos, por útiles que sean, tienen efectos secundarios.
Desde el punto de vista individual, que es mi interés aquí, si usted quiere protegerse un poco de la inflación, sugiero que compre solo lo indispensable. Así pagará caro por lo que usted realmente necesita, no por lo demás.
Si muchas personas hacen lo mismo, la disminución en la demanda agregada contribuiría rápidamente a reducir los precios, independientemente de las medidas económicas de las autoridades.
Lamentablemente, cuando hay inflación, los consumidores se quejan, por un lado, y por otro, salen a comprar más en el supuesto de que luego todo estará más caro. Compran incluso lo que no necesitan. ¡Mala idea! Eso genera una espiral inflacionaria difícil de controlar porque la demanda aumenta exageradamente, y, con frecuencia, el sistema productivo no puede dar respuesta adecuada.
Sé que muchas personas no tienen dinero disponible para comprar más de lo estrictamente necesario. Pero hay segmentos de clase media y media alta que sí tienen recursos disponibles para gastar más y deberían establecer su propia austeridad si no quieren ser víctimas de la inflación.
O sea, sea frugal, compre lo indispensable y tenga paciencia. En vendaval pasará como siempre ocurre. Si se contiene en sus ímpetus consumistas, contribuirá a estabilizar los precios quitándole presión al sistema de ofertas que por la pandemia y la guerra no están funcionando a cabalidad.