Siendo fiel a la sentencia debemos recordar que el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional dio como hechos probados que en Baninter operaba una doble contabilidad, de ahí que la totalidad de las operaciones del banco no eran reportadas a ninguna autoridad.
En su informe, un Panel de Expertos Internacionales indicaba que el mecanismo a través del cual se ocultó el fraude fue denominado “banco paralelo” o “contabilidad paralela”, un artilugio informático y contable para ocultar a las autoridades y al público una parte significativa de las operaciones del banco.
Este mecanismo de contabilidad paralela fue denominado por las autoridades del Baninter "Interbanco”, sistema informático contable. Para ello se instaló otro equipo donde estaba una copia exacta del sistema que operaba Baninter, donde se registraban ingresos y gastos.
Se pudo determinar que este sistema fue utilizado para ocultar gastos y la descapitalización, evadir el mantenimiento de las reservas requeridas por el encaje legal, financiar negocios y actividades de vinculados, pagar una abultada nómina a los principales ejecutivos y mantener el nivel de gastos millonarios.
El sofisticado sistema fue creando diversas cuentas corrientes, con las denominaciones de ‘Consultoría Externa’, ‘Inversiones Empresariales’, ‘Finanza Empresarial’, ‘Cuenta de Resultado’. Esta última acumula el registro histórico de las operaciones que originaban sobregiros fuera de los libros oficiales del Baninter, que alcanzó a RD$48,789 millones al 21 de marzo de 2003.
Luis Emilio Aurich, a quien el tribunal le dio entera credibilidad, sostuvo en juicio que Interbanco era un balance general de contabilidad, cuyas cuentas tenían como características: 1ro. balances en sobregiros; 2do. estaban ligadas a cuentas de préstamos; 3ro. cada cuenta de préstamo estaba ligada a cuentas de depósitos de clientes.
Varias empresas vinculadas se beneficiaban de este producto, sin aprobación del Comité de Crédito y sin pago alguno con cargo a las cuentas de préstamos, porque simplemente era un artificio para extraer dinero del banco.
Todas estas operaciones estaban dirigidas a ocultar de las autoridades aquellas transacciones realizadas y el impacto de estas en la situación financiera del Banco, el cual, al mes de marzo de 2003, presentaba un balance en negativo ascendente a 48,639 millones de pesos.
Res non verba. Son hechos probados y no palabras. Así contribuimos a recordarle a Ramoncito lo que motivó su condena y el terrible impacto de sus conductas, debidamente reprimidas por la justicia dominicana.