Todos los seres humanos prefieren vivir la vida a pesar de sus avatares. Sin embargo, la alegría, una de las vivencias más luminosas, no deviene fácilmente y solo se consigue con estímulos adecuados. Un efectivo elixir es el baño en ríos, lagos y piscinas naturales. Aparte de los deportes, ese baño constituye la opción más accesible y barata para la recreación y esparcimiento de nuestra poblacion. Por eso resulta lamentable que el Estado subsidie el deporte, pero no invierta en la infraestructura y servicios de los balnearios. Tal inversión no solo beneficiaría a la población, sino que también enriquecería nuestro producto turístico.

Para mejor apreciar el valor de los balnearios en la recreación es preciso primero justipreciar el recurso agua. Esta es vital para la salud porque cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. Su ingesta 1) elimina los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones; 2) mantiene la temperatura en niveles normales; 3) lubrica y amortigua las articulaciones, 4) protege los tejidos sensibles. En el baño el líquido posee mágicas propiedades para la recreación. “Las aguas recreativas se clasifican en aguas dulces (lagos, ríos, piscinas y otros) y aguas saladas (mares, playas y esteros); además, se pueden dividir en aguas a temperatura ambiente y termales (mayores a 30°C), y en ambas clasificaciones existen cuerpos de aguas naturales y artificiales.” Las bondades del agua son tanto físicas como psicológicas.

El baño en los ríos y piscinas naturales, en particular, tiene múltiples beneficios. Se traduce en “descenso de la tensión alta y menos posibilidades de sufrir diabetes de tipo 2 o depresión. Mejora el estado de ánimo, el sistema inmunológico y el corazón. El agua fría activa el cuerpo en su totalidad”. Pero la adrenalina que libera no perjudica la salud. De ahí que algunos analistas afirman que las “aguas recreativas” mueven la mayoría del turismo mundial. “No obstante, también pueden constituir un alto riesgo para la salud de los usuarios, al propagar agentes causantes de infecciones de piel, oídos, intestinos y el sistema respiratorio, situación que dependerá en gran medida de la resistencia del sistema inmunológico del hospedero o bañista.”

Ciertamente, la recreación de la poblacion en los diferentes balnearios del pais tiene sus pro y sus contras. “Tomando en consideración los mencionados daños a la salud y posibles efectos sobre la economía, es esencial que las autoridades sanitarias establezcan y apliquen criterios y normas para evaluar la calidad de las aguas recreativas.” Para hacer de la experiencia del baño una más placentera se requiere además que los balnearios sean intervenidos para hacerlos más acogedores. Es entonces deseable que se acondicionen sus entornos y se doten de la infraestructura y los servicios adecuados. El Estado debe invertir en ellos porque así invierte en la sana recreación de la poblacion, cosechando valiosos frutos en términos de salud y cohesión social. A eso se añade el ofrecimiento de un atractivo más para los turistas que nos visitan.

La nación precisa, entonces, de un proyecto estatal de rescate y puesta en valor de los principales balnearios de ríos, lagos y cenotes. La iniciativa debe provenir de los ministerios de Deportes y Recreación, Medio Ambiente y de Turismo, quienes deben suplir el apoyo financiero. Se comenzaría con una selección de 20 balnearios en una primera etapa y luego se agregarían otros en orden de importancia y uso. En cada caso, los componentes de la intervención incluirían, por ejemplo: 1) señalización, 2) senderos y rutas, 3) baños públicos, 4) casa club, 5) casetas para puestos de ventas, 6) quiosco sanitario, 7) mobiliario, 8) embellecimiento del entorno, 9) construcción de muros de gaviones para proteger cultivos, 10) capacitación de guías, 11) salvavidas, etc. En algunos casos se deberá tambien incluir alguna provisión para que las comunidades anfitrionas se beneficien más de las visitas del público. Para cada balneario se deberá elaborar un subproyecto concreto según las necesidades y aspiraciones.

Pero es grande la cantidad de ríos, balnearios y cenotes que podrían calificar para ser incluidos en el proyecto. Para el feriado de Semana Santa son más de 400 los balnearios que se citan regularmente como disponibles, aunque algunos son clausurados por peligrosos. En Google aparecen noticias dispersas de visitas que han hecho los alcaldes de diferentes municipios a los ministros de Turismo y Medio Ambiente solicitando obras con los fines de preparar balnearios para el disfrute del público en Semana Santa y otras fechas. Lo cual sugiere que algunos de los subproyectos deben ser emprendidos con la participacion de la municipalidad. En otros casos ha iniciativa ha provenido de la alcaldía solamente. Son tambien varios los planes municipales de desarrollo que contemplan intervenciones específicas sobre los balnearios.

Ya existen precedentes de la intervención del MITUR en balnearios. El más reciente ha sido el proyecto de Los Patos de Barahona, pero también se cuenta el de Villa Jaragua, Las Marías y Boca de Cachón. Debe citarse además la intervención de Medio Ambiente en los Charcos de Damajagua. Además, una página web recoge los “mejores balnearios”, mientras otra señala los ríos más bellos,  otra los saltos y cascadas y otra los mejores cenotes. Hay incluso páginas específicas para algunos de los balnearios (p. ej. Jamao al Norte en Espaillat y Río Partido en Hermanas Mirabal) y son impresionantes los videos de YouTube que proyectan balnearios recónditos de exquisita belleza (p. ej. La Plaza en Barahona). Diversas empresas turísticas y clústeres proyectan también los atractivos con que se manejan. En los gráficos adjuntos se incluyen solo algunos.

La diversidad de ofertas existentes sugiere que para seleccionar los balnearios que serían intervenidos en la primera etapa se requiere realizar un inventario exhaustivo de la oferta, tanto con relación al recurso natural como a los operadores y sus ofertas de bienes y servicios. Algunos de los balnearios de mayor arrullo balsámico están enclavados en una propiedad privada y los dueños cobran por su uso, algo que se tendría que ponderar si el Estado hiciera una inversion. Otro criterio para ponderar sería la accesibilidad, atendiendo al objetivo de facilitar el uso a las grandes mayorías. Puesto que los balnearios de playa no tienen esos problemas y la gente acude a ellos con facilidad, lo ideal sería que la primera fase del proyecto se concentrara en los 20 balnearios de río más populares.

En el pasado la recreación de la población nunca ha sido una gran prioridad estatal con la única excepción del apoyo al deporte y a algunos carnavales. Las creciente demanda de las autoridades municipales y líderes de la sociedad civil por el mejoramiento de los entornos de los balnearios, sin embargo, es una muestra fehaciente de que existe una demanda insatisfecha en materia de recreación en los ríos y balnearios del país. Si nuestras autoridades se abocaran a desarrollar el proyecto aquí recomendado podrían, entre otras cosas, cosechar simpatías que podrían traducirse en ganancias electorales. La recreación es una necesidad humana tan real como la salud y es parte de ella.

Finalmente, no debemos olvidar que el tercer rasgo de nuestro producto turístico que motiva las visitas de los turistas extranjeros –después de las playas y el clima– es la amabilidad de la gente. Por eso mezclar la poblacion llana con los turistas extranjeros debe ser un objetivo de la política turística. Así lograríamos una mayor autenticidad en la experiencia turística, una condición muy deseable actualmente en el mercado turístico internacional. Sin duda, los balnearios bien equipados y en buen estado de conservación deben figurar en nuestra oferta de atractivos turísticos. Ellos inducirían a los huéspedes de los resorts a salir de su hotel en excursiones diurnas para mezclarse con los nativos. La experiencia seria cercana a un festín. ¡Qué viva el agua!