¿Cuál fue la circunstancia humana que llevó a Marrero al Trujillismo? En Over, novela autobiográfica, Marrero describe el inhumano método de trabajo usado por el central azucarero para someter y explotar a los bodegueros: el sobretrabajo, la humillación y el Over (robar al peón). En un día ordinario el bodeguero  trabaja doce horas, sin dejar a un solo peón sin sus provisiones, de noche (‘antes de cenar’) tiene que arreglar cuentas, limpiar y ordenar la tienda. Repentinamente se presenta el supervisor que constantemente lo humilla, le dice: ¡La compañía no necesita nunca a ninguna persona! Esa relación deja en el bodeguero una autovaloración de inferioridad: ‘Soy un bodeguero. Nací en este país y este otro viene de más allá del mar. Soy un cero y él es una palanca con un gran punto de apoyo. Él está autorizado a dar órdenes y yo y todos los míos tenemos que obedecer’. ‘Para eso se es bodeguero’ / ¡para algo están los bodegueros!

El bodeguero se doblega y ‘dispuesto a acatar’ vive ‘obedeciendo órdenes de gentes a quienes no deseamos jamás conocer, y oprimiendo a otros a quienes querríamos por siempre olvidar’. Otra situación existencial del bodeguero, un mozo de ideas socialistas, era que estaba compelido por el método de trabajo de la gran compañía capitalista a aplicar el Over, lo que lo convertía en un ladrón en un aliado de la explotación que ejecuta el capital azucarero imperialista, tiene que justificar el robo, llegó a la conclusión de que tenía que soportarlo todo, porque: ‘No soportarla significa: las calles del pueblo, vagar sin trabajo, sin protección, sin amigos y caer en algo peor. Mientras que soportando se puede hacer alguna economía, juntar unos pesos y luego marcharse lejos de esta asquerosidad’, por experiencia sabe que: ‘A los que el central despide, les ocurre que se quedan dando vueltas, tratando de arreglar su asunto’.

Ramón Marrero Aristy

Viviendo ‘esta vida de perro’ en asfixiante soledad, en el batey el bodeguero se siente ‘un hombre solo’, sus noches ‘son pesadas y largas’, él aspira a ‘encontrar compañera con quien compartir algo más que una noche de ron’, pero en en la finca ‘no hay mujeres propiamente dichas’, ‘sólo se encuentran haitianas feas y grajosas que nada me inspiran’ y las prostitutas: ‘las que llegan detrás de los pagos quincenales, tan peligrosas que casi resulta insensato arriesgarse con ellas’. A pesar de que ‘sin ser Cristos’ los bodegueros del central sufren ‘pruebas tan duras’, llevan una vida de perros, sin embargo; ¡Es desolador! constatar que el trabajo de bodeguero es socialmente apetecible: ‘¡Y pensar que hay tantos que quisieran estar en sus puestos! (…) miles se desvelan por estos trabajos’, procurando ser bodegueros llegan ‘de todos los pueblos de la República’: ‘Todos los días los encuentro, y ellos no ignoran como tendrán que vivir’.

La explotación es de tal magnitud que el batey representa al infierno: ¡Y dicen los curas que el infierno está por ahí! Hay que salir del infierno, el bodeguero sueña: ‘¡Tendrá que pasar!, sueña con ‘hacer alguna economía, juntar unos pesos y luego marcharse lejos de esta asquerosidad’, entonces ‘la vida será de un color más grato y tendrá mejor sabor’, y él ‘volver a ser lo que se era: una persona decente, un hombre orgulloso, sí, señor, ¡un hombre orgulloso! Pero: ‘Los días pasan, ¡los días han pasado!, y las economías con que había soñado para liberarme, se han trocado en humo; y ¡lo que es peor!, el día de mi salida de aquí, se me presenta cada vez más impreciso, entre brumas’. ‘Ya llegará el día de partir, ¡cuando no sirva para nada! / ‘No te apegues a esto que ya no es tuyo ¡Tú mismo ya no eres de aquí! Ya diste tu Over, ¿Qué esperas? Creo que sólo te retiene la obsesión de que ya no eres nada. ¡Has visto tantos hombres gastados! ¡Vete Hermano!

Bernardo Vega afirma que ‘poco antes’ de Marrero Aristy tomar la decisión de colaborar con Trujillo estaba ‘muy deprimido por la falta de salida a la situación política’, por lo que ‘habia pensado abandonar el país en una goleta’. Cuando la ‘Era Era’ la forma más expedita de solucionar todo tipo de dificultades personales consistía en apoyar al tirano, Rufino Martínez señala que Marrero Aristy: ‘Al buscarle solución a sus problemas, va a parar naturalmente, por no haber otro camino, a la política, reconocida por la moral en boga, la tabla salvadora de cuantos están a pique ahogándose en el encrespado oleaje promovido por la dictadura’.

En sus penosas condiciones de vida diaria el bodeguero se siente asqueado: ‘Y todo me repugna’, fríamente planificó su proyecto: contactar personalmente a Trujillo era la única salida posible, que fue así lo evidencia la carta que Fredy Prestol Castillo, buen amigo de Marrero, envía a Trujillo, en la que le confiesa al Jefe que recién llegado Aristy del batey a ‘Ciudad Trujillo’ se presentó a su casa: ‘Cuando él llegó a esta ciudad, traía la mayor penuria y la mayor fuerza de decisión. Al llegar a mi casa, dominada entonces por la pena del reciente luto paterno, sin conocerme, me extendió una mano fuerte y me dijo: “¿Usted  es Freddy?”. Sí, le dije. Entonces habló: “Soy Marrero, uno de tantos, y me manda el poeta Domingo Moreno Jimenez, desde La Romana. He venido a luchar. No conozco a nadie. Haré lo que encuentre; y si es preciso llegaré a ser jardinero, pero deseo estudiar”. Prestol Castillo agrega: ‘Cuando intercambiábamos ideas y libros, solíamos contemplar los hombres del país. Con un convencimiento arraigado, de hijo de pueblo, me decía: “El país necesita este hombre!” En muchas ocasiones, siendo reportero policial del diario La Opinión balanceando hombres, me decía: ¡Alguna ocasión estaré al lado de Trujillo! ¿Pero cómo? ¿Quién soy yo? ¿Cómo llegaré a él?’.

Marrero Aristy

Una vez en la capital / ‘Ciudad Trujillo’ trabaja como periodista en los periódicos trujillistas ‘La Opinión’, ‘La Nación’, ‘El Caribe’ y el ‘Listín Diario’. Esta labor periodística llama la atención del dictador, quien personalmente le asigna su primera misión oficial como presidente de la comisión oficial dominicana que asistió a la Trigésima Conferencia Internacional del Trabajo, en calidad de periodista trujillista asistió a varios congresos internacionales y fue presidente de la Sociedad Dominicana de Prensa. Elogiosamente Rufino Martínez dice que Aristy: ‘era de los poquísimos cuyos artículos podían ser leídos sin causar la impresión de amargura y de tristeza de los encenegados en la bajeza de la adulación de argumentos especiosos para ayudar a la tenida por causa muy digna’. Balaguer dice que Marrero desde su oficina palaciega ‘despachaba sobre materias publicitarias durante las horas de la tarde’.

Posteriormente se convertirá en político y burócrata: Secretario de Trabajo, en dos ocasiones, Subsecretario de trabajo y economía, diplomático (Ministro Consejero de la embajada dominicana en Haití), diputado por Azua/1948-50, El Seibo/1950-2, Santo Domingo/1954-7, cumplió misiones políticas especiales en Cuba, Estados Unidos y otros países, en la huelga de los cañeros de 1946 fue comisionado de Trujillo, también será ideólogo del trujillismo e historiador oficial de Trujillo.

El estudio de la vida y obra de Marrero Aristy nos revela una ‘figura monumental en la historia moderna de la República dominicana’ que ‘puede ser considerada representativa para la historia de la intelectualidad dominicana durante el trujillato’, su integración al régimen despótico del Trujillo obedeció a razones personales, por lo que hay que hurgar en su personalidad para terminar de comprender y explicar el fenómeno, indudablemente Ramón Marrero Aristy es ‘más que un escritor del parnaso criollo, una leyenda singular de la aventura espiritual de los dominicanos’ / ‘Marrero, en cierta medida está fuera de época, y su única supervivencia es la que asume la dimensión del mito’. Andrés L. Mateo.

Obras consultadas

-José Alcántara Almánzar (1990), Los escritores dominicanos durante la dictadura de Trujillo. En: Los Escritores Dominicanos y la Cultura. Intec.

-Joaquín Balaguer (1990), La Palabra Encadenada.

-Michiel Baud (2020), ‘Un permanente guerrillero’. El pensamiento social de Ramón Marrero Aristy. En: Modernidad y Luchas Sociales en la Sociedad Dominicana Siglos XIXI Y XX.

-Roberto Cassá (1990), Movimiento Obrero y Lucha Socialista en La República Dominicana (Desde los Orígenes Hasta 1960).

-Roberto Cassá (2013), Ramón Marrero Aristy. En: Historia General del Pueblo Dominicano. Tomo 1. Academia Dominicana de la Historia.

-Jesús De Galíndez (1999), La Era de Trujillo. Editorial Letra Grafica.

Trujillo y Marrero Aristy

-Orlando Inoa (2013), Muerte de Ramón Marrero Aristy. En: Historia dominicana.

-Ramón Marrero Aristy (1993), Over. Biblioteca de Clásicos Dominicanos. Vol.XVII.

-Rufino Martínez (1996), Ramón Marrero Aristy. En: De las letras dominicanas.

-Andrés L. Mateo (1993), La Narrativa de Ramón Marrero Aristy. En: Biblioteca de Clásicos Dominicanos. Vol.XVII.

-Andrés L. Mateo (1996), Releer a Ramón Marrero Aristy. En: Al Filo de la Dominicanidad.

-Héctor Pérez Reyes (1995), Ramón Marrero Arisy. En: Mis Dominicanos.

-Fredy Prestol Castillo envía carta a Trujillo sobre gratitud y lealtad de Marrero. ‘El Caribe’. 21/julio/1959.

-Bernardo Vega/Editor (1990), Nuevas informaciones sobre el asesinato de Ramón Marrero Aristy. En: En la Década Perdida.

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