Para los más jóvenes; recordemos que el valiente pueblo dominicano, para convertirse en una nación independiente y soberana, tuvo que vencer a Haití en su guerra de independencia en 1844; separarse de España en la Guerra de la Restauración en 1863, y resistir dos intervenciones militares de Estados Unidos en 1916 y 1965.
Recordemos que en 1994, hace 30 años, la nación estuvo al borde de una guerra civil. Como relata Monseñor Agripino Núñez Collado, mediador político y promotor de la cultura del diálogo, en sus memorias Ahora que puedo contarlo, en mayo de ese año se celebraron unas elecciones, tan fraudulentas, en las que ambos bandos, uno encabezado por el presidente Dr. Joaquín Balaguer y el otro por el Dr. José F. Peña Gómez, estaban armados y se proclamaban ganadores.
Esto provocó una crisis que el Dr.Balaguer le comentó a Monseñor Agripino, “Yo acepto cualquier solución, lo único que no quiero es humillación” y al Dr. Peña Gomez le propuso, “Usted sacó mas de un millón de votos y yo saqué más de un millón. Es un empate virtual, partamos el pastel. Dos años yo y dos años usted; o sea, primero a Balaguer y luego a Peña”.
Al día siguiente ambos cambiaron de posición; y no decir se arrepintieron. La crisis que culminó con el acuerdo que incluyó la realización de una reforma constitucional, que se prohibiera la reelección consecutiva, y acortara el mandato dos años y celebrar elecciones en 1996, entre otros cambios. Y estos acuerdos se cumplieron.
En esta semana, la capital dominicana se convirtió en la sede de la democracia por la presencia de más de cien presidentes, jefes de Estado, representantes de organismos internacionales, dignatarios y celebridades mundiales encabezados por el rey de España, quienes asistieron a la juramentación del Lic. Luis Abinader, y la Licda. Raquel Peña, presidente y vicepresidente constitucional de la República, para gobernar durante su segundo período del 2024 al 2028. Quienes fueron electos en unas elecciones tan libres y democráticas que esa misma noche se conocieron los resultados y los triunfadores fueron felicitados por los vencidos.
Estas elecciones y la juramentación ocurrieron en un panorama internacional complejo y donde suenan tambores de guerra en el mundo. En Latinoamérica, se realizaron unas elecciones en un país tan cuestionadas que requieren un diálogo y un acuerdo político por la democracia en aquella nación. En otro, después, se ha abierto un ciclo tan violento y caótico que no ha podido celebrar elecciones.
Sin embargo, en República Dominicana nuestra democracia se ha fortalecido, se ha fortalecido tanto que pudimos celebrar estos dos eventos políticos. ¡Gloria eterna a nuestros procesos fundadores: Duarte, Sánchez, Mella y Luperón! Muchos éxitos al presidente de la República, a la vicepresidenta y a los demás funcionarios. ¡Que viva la República Dominicana, libre y soberana, y por siempre democrática!
La historia y las evidencias revelan que durante el siglo pasado se celebraron pocas elecciones libres y limpias, porque la dictadura del Jefe y los gobiernos autoritarios que predominaron no lo permitieron.
** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván