No son muchos los que, bien edificados, pueden opinar sensatamente sobre la solucion a los grandes problemas nacionales. Pero la pasada semana surgió una propuesta importante del destacado economista Jose Lois Malkun, quien fuera exviceministro de Agricultura, exdirector de la Comisión Nacional para la Reforma del Sector Salud, exministro de Hacienda y exgobernador del Banco Central: privatizar las Edes y vender el 49% de Punta Catalina. La sabiduría de esta propuesta no podría ser mayor.
La extensa experiencia burocrática de Malkin, aderezada de una década como funcionario del BID, no es lo único que insta a ponerle atención. Es tambien el hecho de que fue quien negoció, junto al ingeniero Cesar Sanchez, los famosos Acuerdos de Madrid “que matizaron la contrarreforma del sector eléctrico en el 2001 con el fin de eliminar las distorsiones y el mal diseño de los contratos de compra y venta de energía que se habían elaborado en el proceso de capitalización del año 1999.” Esa experiencia de Malkun implica que está muy familiarizado con los problemas del sector eléctrico, lo cual lo autoriza para opinar sobre sus condiciones actuales y su prospectiva.
Algunos querrán desmeritar la propuesta imputándole la intención de liberar al actual gobierno del fardo que significa el nivel de subsidio al sector eléctrico (de US$900 millones en 2022). Malkun es parcial al PRM y muy allegado a quien fuera su jefe político (Hipolito Mejia). Sin embargo, su propuesta no es original. El mismo candidato Luis Abinader la propuso en mayo del 2020, argumentando la necesidad de mejorar la calidad del gasto público mediante la eliminación de las millonarias pérdidas de las Edes. (Acompañó esa posición con la promesa de no vender a Punta Catalina para bajar los costos de la energía a los consumidores.) De manera que Malkun está solo reiterando, en parte, una posición del partido gobernante que hoy día cobra mayor validez con el galopante empeoramiento de las Edes.
La propuesta tiene sentido porque la clase política ha dado muestras de no poder superar la crisis del sector eléctrico. Tenemos más de 50 años con un desmadre en la generación, transmisión y distribucion de la energía eléctrica que cada día se empeora. Ya en el 2021 el reputado especialista Bernardo Castellanos ha señalado que “el país no puede tener avances en el sector eléctrico si el Gobierno no invierte en la reducción de pérdidas, lo cual, es su responsabilidad como dueño de las distribuidoras de electricidad. La situación se seguirá agravando como ha sucedido en el primer trimestre del presente año, tras destacar que las pérdidas han aumentado porque las inversiones en programas y proyectos para reducirlas se han caído dramáticamente alrededor de un 74%.”
El CREES llama la atención al aumento de las perdidas por falta de cobro de las Edes. “Las pérdidas de energía eléctrica es un fenómeno que caracteriza a las tres distribuidoras estatales de electricidad. La falta de inversiones en el sistema de distribución, clientes sin equipos adecuados de medición, usuarios conectados de forma ilegal son, entre otros, factores importantes que determinan que la energía comprada por las EDE no pueda ser facturada en su totalidad. En adición, una parte de la energía facturada no es cobrada, lo cual se adiciona para obtener las pérdidas totales. En los últimos cinco años las pérdidas de las EDE promediaron 32%. Cualquier empresa que pierde una tercera parte del bien que compra, demuestra que tiene problemas de gestión que impiden su sostenibilidad.” La prensa ha reportado, sin embargo, que en los primeros 8 meses del 2022 las perdidas ascendieron a casi 42%.
Por otro lado, con relación a Punta Catalina la prensa ha reportado un manejo muy deficiente. “La Central Termoeléctrica Punta Catalina se mantiene como la planta que más eventos -que involucran fallas- ligados a la generación registra dentro del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) dominicano en los últimos años. Solo el año pasado, registró 23 eventos, en el 2021 fueron 18, y en 2020 y 2019, cuando estaba en fase de prueba, marcó 31 y 32, respectivamente, según registran los informes anuales de operaciones y transacciones económicas que elabora el Organismo Coordinador (OC) del SENI.” Evidentemente, la planta se merece un mejor manejo.
Los cuellos de botella de las Edes no se limitan a la necesidad de inversion de capital para poder comprar contadores y mejorar las líneas de distribucion. Tambien se requieren capitales para ayudar en la descarbonización. En el 2020, por ejemplo, el Proyecto Transición Energética (PTE) llevó a cabo un estudio “para determinar la capacidad de los circuitos de distribución de acoger generación solar fotovoltaica de forma segura. El motivo fueron las disputas con respecto a las restricciones de penetración fotovoltaica impuesto por la regulación vigente que la limita a un 15% de la demanda máxima anual de tal circuito, y una vez superado este valor exige estudios suplementarios para garantizar la seguridad de la red. Los resultados mostraron que se puede incrementar este límite a 25% en circuitos rurales y 50% en circuitos urbanos.”
Ratificando lo anterior, la calificadora de riesgos Fitch Rating vislumbra las perspectivas del sector para este ano como ‘En Deterioro’. “Se esperan mayores presiones financieras en el sistema por los precios altos de los combustibles fósiles que, en 2022, continúan representando cerca de 80% de la generación eléctrica del país (gas natural: 40%; carbón: 30%; fueloil: 10%) y la salida en 2023 de las generadoras térmicas de Aes Andres B.V. (Aes Andres) y Dominican Power Partner (DPP) como centrales de base ante la escasez de gas natural, en un contexto de persistencia de altas pérdidas de energía y tarifas a los consumidores regulados que no reflejan los costos económicos.”
La anterior panorámica demuestra que la propuesta de Malkun es acertada y oportuna. Ya quien escribe la había hecho en un artículo de octubre del 2021: “Seguimos entonces empantanados por la oprobiosa maldición política que arropa al sistema eléctrico. La venta o no de activos eléctricos estatales es, de cualquier modo, solo una parte de una posible estrategia para rescatar el sistema y ponerlo al servicio efectivo del desarrollo. Esa parte debe consistir en la venta de las EDES porque eso resolvería cuatro de los grandes problemas relacionados al sistema eléctrico: 1) eventual eliminación del subsidio eléctrico, 2) manejo eficiente de las distribuidoras, lo cual conlleva la reducción de perdidas, 3) inversion de capitales para lograr la disminucion de las perdidas, y 4) destierro de la política en la distribución de energía. Con tales logros podemos dilatar la privatización total de los demás activos y hacer que los criterios técnicos prevalezcan en su manejo y eventual destino.
Esta propuesta venta, por supuesto, presenta dos graves problemas que habría que solucionar. El primero es que a los segmentos más carenciados de la población les implicaría el traspaso a manos privadas de las EDES. Son miles los hogares pobres que dependen de conexiones fraudulentas para tener energía o son protegidos por la “tarifa cruzada” que pone a pagar a los que más consumen para subsidiar a los que menos consumen. Habría entonces que negociar con los compradores de las EDES una solución que no agrave el presupuesto de los hogares pobres. En segundo lugar, habría que encontrarle una solución al problema que ha significado el reciente traspaso a las EDES de 38 contratos de venta de energía a precios que no coligan con el mercado spot. Pero existen múltiples opciones para manejar eso a fin de que no vaya en desmedro de las utilidades de los compradores.”
¿Podrá el sector privado –ya sea inversores nacionales o extranjeros– interesarse en la compra de empresas deficitarias con nominas supernumerarias y grandes necesidades de capitales de inversion? Por supuesto que sí. La tasación de esos activos sería algo complicada, pero las oficinas, líneas de transmisión, contratos, contadores, etc. tienen un valor de reposición que es relativamente fácil de establecer. Por su lado, la planta de Punta Catalina tambien es tasable. Lo complicado de la negociación de compraventa sería el tiempo y los requerimientos de capital de inversion para lograr la rentabilidad. Procede articular la referida propuesta de Malkun con licitaciones públicas internacionales.