Lo que hace falta hacer: 1) Ayudar a los líderes de la diáspora haitiana a incidir en las soluciones urgentes que demanda su país; 2) Que nuestros líderes políticos estrechen relaciones con sus similares haitianos; 3) Que los gremios laborales y organizaciones de la sociedad civil estrechen sus vínculos con sus similares haitianos; 4) Que nuestras instituciones académicas estudien y propongan soluciones de la problemática haitiana, y 5) Que nuestros medio de comunicación designen (¡Por fin!) corresponsales que reporten informaciones amplias sobre todos los aspectos de aquella realidad.