El amigo Luis R. Santos publicó en este diario la semana pasado una amplia pieza apologética y propagandística con el objeto de establecer “por qué debe ganar” el candidato Luis Abinader la reelección y, luego de descalificar política y moralmente a quienes le disputan la Presidencia al candidato del Partido Revolucionario Moderno, se despachó con la siguiente conclusión de su filípica…

Porque “después de Abinader debemos mirar hacia el futuro, nunca hacia un pasado que no fue capaz de sacar de la pobreza a millones de dominicanos, mejorar la educación, darles viviendas dignas a los pobres y, sobre todo, adecentar la vida institucional del país”, o sea que esos son, entre otros, los grandes logros que puede presentar el candidato Abinader al electorado para que avalen su reelección. ¡Válgame al señor!

Para responder la perorata del referido escrito de marras, no voy a apretujar mi mente buscando argumentos que sobradamente han sido expuestos en declaraciones,  artículos, homilías, sermones, editoriales y en el grito diario de la gente que se les hace difícil sobrellevar el diario vivir en medio los altos precios de los artículos de primera necesidad, la delincuencia, los apagones y las altas tarifas eléctricos.

Con su profusa propaganda los estrategas del gobierno han logrado posicionar entre sus adláteres que “hace rato que estamos cambiando”, aun cuando “las quejas por la falta de eficiencia de los servicios públicos en el gobierno de Luis Abinader parece el pan nuestro de cada día”, escribía el suscrito en uno de sus artículos publicados en el periódico Acento.

“Al menos 11 servicios que en los últimos años eran medianamente buenos se han convertido en un caos para los ciudadanos que se quejan de cómo el gobierno de Luis Abinader ha dejado “caer” instituciones y servicios ciudadanos”, desplegada en primera plana y a todas las columnas un prestigioso diario local.

“Porque resulta que en el mercado lo que la gente encuentra es que el costo de la vida se ha incrementado, la seguridad ciudadana, el sistema de salud y la educación van en un sostenido deterioro, en las farmacias del pueblo no están los medicamentos que buscan, la asistencia vial y las atenciones del 911 acusan un profundo deterioro, el programa de inglés de inmersión ha mermado su calidad y algunos lugares ha desaparecido”, escribía recientemente en uno de mis trabajos de cada semana en este prestigioso digital.

“A quién le cobrarán “los platos rotos” de “una sociedad bastante descalabrada”, escribí  para luego citar “el alto prelado católico, monseñor Freddy Breton para quien vivimos en  “una sociedad bastante descalabrada… porque cuando uno hace así y encuentra números de feminicidios o de asalto o de muertes, Quiere decir que algo está pasando”… 

Educación estancada, desconcertada, descontextualizada y sin horizonte cierto

La conclusión de la evaluación, aplicada hace varios meses, y dada a conocer recientemente, llevó al ministro de Educación, Ángel Hernández, a la conclusión de que el sistema de educación pública está estancada, pero lo que peor es que también está desconcertada, descontextualizada y sin horizonte cierto.

La indignante, irresponsable y penosa realidad objetiva por la que atraviesa la educación pública pre-universitaria amerita una declaratoria de interés nacional, o de emergencia nacional, por parte del Poder Ejecutivo “porque la educación dominicana no puede seguir quemada”, como la advierte Educa.

Colofón

“Santo Domingo se enfrenta a un creciente desafío: el acceso a la vivienda se ha vuelto cada vez más complicado debido al drástico aumento de los precios en comparación con los salarios promedio.

“La situación es tal que los ciudadanos se ven obligados a destinar un 88 % de sus ingresos mensuales para poder pagar el alquiler”, destaca como principal información un diario local, esta misma semana.

“El gobierno sigue revisando a la baja la perspectiva de crecimiento de la economía dominicana para este 2023. En marzo proyectó que cerraría el año en 4.25 %, en junio la bajó a 4 % y en agosto la redujo un punto porcentual para ubicarla en 3 %”, reseña un diario local, avalado en informaciones de la autoridad monetaria, de esta misma semana.