Son tantas las informaciones relacionadas con los apoyos a Plinio en los años terribles, que, la mayoría de las veces, uno no sabe qué opinar.
Ningún dirigente de la izquierda dominicana perseguido por la policía ha generado tantas versiones .
Entre las informaciones que se manejan sobre ese tópico unas son descabelladas; como, por ejemplo, la que atribuye al mayor general Neit Rafael Nivar Seijas haber escondido a Plinio en una villa en San Cristóbal.
O, esta otra. que afirma que Plinio se escondía en la residencia de su excuñado Juan Esteban Olivero Feliz, diputado en cuatro ocasione por el PRSC, de 1966 a 1978, y, en un período, vicepresidente de la Cámara de Diputados.
Otras informaciones son dignas de ponderación, entre las cuales sirvan de arietes dos. La primera, servida por la periodista Angela Peña de acuerdo con “informes militares y policiales de 1973”:
Plinio “era protegido del profesor” Juan Bosch:
“Plinio Matos Moquete era protegido del profesor tanto como Elías Wessin, según los documentos. No sería como Manolín Jiménez, razonaba Bosch, que se aventuró a dar un golpe de Estado sin contar con apoyo militar, se consigna. “Tengan fe y calma, que en 1974 seremos un Gobierno o a lo mejor antes” dijo Bosch según reportó un espía”( Ángela Peña “Los informes militares y policiales de 1973 coincidían Bosch planeaba derrocar a JB” Hoy, 8 abril, 2014).
La segunda, que da cuenta que Plinio estuvo con Manfredo Casado Villar en Los Martínez :
“En Los Martínez estuvieron durante algún tiempo Plinio Matos Moquete, Henry Segarra, Guillermo Rubirosa Fermín, Rafael –Fafa- Taveras, Pedro Juan Persia, Braulio Torres, entre otros, quienes se internaron en las montañas junto a Manfredo y sus seguidores campesinos” (Historia Grafica Manfredo Casado Villar, 9 de junio de 2015).
No es mi estilo ni propósito desmentir sino afirmar informaciones sobre Plinio dentro de las limitaciones que me impone mi rol. Conozco cosas, quizá, de primera mano, pero no soy el protagonista de los hechos.
Y, así como desconozco que Juan Bosch haya protegido a Plinio, puedo dar fe, porque lo he oído de labios de Plinio y lo he investigado en el terreno, que sí, efectivamente, Plinio subió a Los Martínez en San José de Ocoa y estuvo con Manfredo.
Y que, cuando Caamaño desembarcó el 2 de febrero de 1973 en Playa Caracoles, ambos estuvieron esperándole en las montañas, pero no pudieron establecer contacto porque las cosas sucedieron de la manera no prevista.
Y que, cuando Caamaño desembarcó el 2 de febrero de 1973 en Playa Caracoles, ambos estuvieron esperándole en las montañas, pero no pudieron establecer contacto porque las cosas sucedieron de la manera no prevista.
Ser colaborador de Plinio representaba un gran riesgo de prisión y de muerte. Es lo que nos enseña esta historia.
Para que nadie ignora las implicaciones de los antes dicho, les dejo con esta noticia, ”Someten acusados ocultar al doctor Matos Moquete”, que da cuenta de que la policía apresó a quienes, supuestamente, ocultaron y trasladaron a Plinio en el momento de su apresamiento:
“Un chofer y el propietario de la vivienda donde fue detenido el doctor Plinio Matos Moquete, fueron sometidos ayer a la justicia acusados por la policía de ocultar al dirigente izquierdista.”
“El fiscal del distrito, doctor Máximo Henríquez Saladín, dictó orden de arresto contra los dos acusados y remitió el expediente al juzgado de instrucción de la Tercera Circunscripción.”
“Expresa la policía que los dos acusados pertenecen al “movimiento Liberador 12 de enero”, que dirige Matos Moquete.”( Por Manuel Pérez Santana ,El Caribe,13 de noviembre de 1973).
Paradójicamente, quien entregó a Plinio fue su chofer, un amigo y hombre de confianza, desde Tamayo. Siempre fue así, bien lo dice el refrán, en la confianza es que está el peligro,
También les presento esta otra noticia que revela la difícil situación de dos hombres acusados y condenados por, supuestamente, colaborar con Plinio:
“La corte de apelación de Santo Domingo confirmó una pena de tres años de detención que impuso el tribunal de primera instancia a dos hombres acusados por la policía de facilitar alojamiento, escondite y lugar de reunión al dirigente comunista Plinio Matos Moquete.”
“En el expediente instrumentado por la policía se indica que los dos acusados facilitaron alojamiento, escondite y lugar de reunión al doctor Plinio Matos Moquete “a sabiendas de que contra éste pesan varias acusaciones criminales”.
Uno de los condenados:
declaró que venían en un carro de la ciudad de San Juan y en el trayecto “se montó un señor a quien no conocía, y luego de un rato me preguntó si yo le conocía y le dije que no “.
“Él me dijo que me conoció cuando yo estaba herido en el hospital Morgan (Luis E. Aybar)”. Declaró que le preguntó entonces por su nombre “y me respondió que era Plinio Matos Moquete”.
“Más tarde me dijo que me iba a dar un papel para que se lo llevara a una hermana que es contable, a su mamá en esta capital”, dijo Borges.
Dijo que pensó en principio que llevaría el papel al jefe de la policía y lo hice “pero ahora me acusan de ser colaborador de él (de Plinio).
Indicó que Plinio se quedó en la cuidad de azua, y que él fue detenido por un agente de la policía que me pidió la cédula y no la portaba en esos momentos.
Declaró que cuando fue llevado al palacio de la policía fue que comunicó que había visto a Plinio Matos Moquete y que éste le entregó un papel para su hermana.
Dijo que acompañó a la policía a la ciudad de azua, pero que no encontraron a Plinio.
Por su parte, Rosario, residente en Azua, declaró que a su casa había ido un hombre desconocido y que le pidió agua. Señaló que el hombre, a quien no conoce, se sentó como media hora y luego se fue en la parte trasera de un camión.
Declaró que en la policía se le golpeó para que dijera que había dado alojamiento en su casa al dirigente comunista”( Por Héctor Linares, El Caribe ,13 de noviembre de 1973).
Tomando en cuenta esas implicaciones, se puede afirmar que la historia acerca Plinio es muy difícil de ser contada. Es una historia que ha de esperar para ser contada en detalles. No pocos la conocen y la cuentan a su manera, pero hay que esperar.
No son pocos los que se me acercan preguntándome que por qué Plinio se ha mantenido callado durante todos estos años, sin referir los acontecimientos que le sucedieron en aquellos años terribles de los gobiernos de Joaquín Balaguer.
Hay periodistas que quisieran entrevistarlo. Hay escritores que, encantados, escribirían una novela sobre Plinio.
Escribí en Facebook con motivo de su 79 aniversario Plinio y entre los comentarios es frecuente ese reclamo:
“Tengo una enorme recopilación de datos sobre Plinio Matos Moquete, porque quería hacer su "historia de vida", pero nunca he podido contactarme con él.”
“Nunca ha dado una entrevista. Ha llevado una vida muy discreta.”
“¿Y no querría contar su versión para la Patria?”
“Seria de interés histórico, si Plinio escribiera sobre esos tiempos de los 12 años, ahora que cumple sus 79 años, su memoria hablada con honestidad.”
“Profesor, sería interesante que un conocedor como Ud. escribiera un libro de entrevistas con su hermano. Sería un texto de referencia sobre una época que pocos conocen como Uds.”
Yo mismo he insistido. En varias ocasiones he sugerido a Plinio que escriba o dicte para publicar, las historias que en privado y como hermano me cuenta. Pero cada vez me responde con un argumento imbatible:
“José Antonio: Mi historia es la de muchos y contarla implicaría comprometer a gente que hoy anda por ahí quitado de bulla. Quienes me ayudaron de buena no tienen por qué perjudicarse por estar yo revelando sus nombres y las cosas que hicieron.”
Esa es la situación a la hora de remover las cenizas del pasado, como diría Pedro Vergés en su novela Solo cenizas hallarás; a quien, a propósito, agradezco este consejo cuando yo estaba escribiendo mi obra Caamaño La última esperanza armada:
“Manuel, puedes escribir lo que quieras, pero no olvides que estás en República Dominicana.”