Ancho y generoso, siempre nos trae toda el agua que necesitemos; nos evidencia que somos el país de América con más agua por habitante y por kilómetro cuadrado; nos premia con el puerto ribereño más grande del Caribe; nos trae una corriente de agua que le pone freno al mar…En fin, cuando bajas a saludarlo en cualquier pedazo de sus orillas (no importa la basura que avergüence, no importa el escándalo insoportable, no importa la extrema pobreza en sus orillas), te preguntas: ¿Por qué esta capital de un país al que él se debe, no se llama Ozama, en vez de Santo Domingo de un tal Guzmán que ni en su casa conocen?