El boletín 292 emitido por Epidemiología de Salud Pública el 5 de enero de 2021, a menos de dos meses del primer año de la epidemia de SARS-CoV-2, requeté confirma un desafío a la ciencia que, sin embargo, olímpicamente, han obviado la Oficina Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Salud Pública (SP) y el Colegio Médico Dominicano (CMD). Pedernales registra bajísimas cifras de  positividad y letalidad. Récord entre las 31 provincias y el Distrito Nacional.

Según los datos oficiales, la provincia del extremo sudoeste de frontera dominico-haitiana acumula 576 casos, 517 recuperados, 3 fallecidos (el año pasado) y una positividad de 5.43. Espectacular. Insólito.

En el país se ha confirmado 175,849 casos, 39,099 activos, 2,419 muertes y una positividad de 29,21%. https://coronavirusrd.gob.do/.

Aunque el equipo a cargo de la directora provincial de Salud, Ana María Acosta, trabaja como hormigas en pos de la prevención del contagio, sin aislamiento del territorio con retenes militares, el comportamiento de una parte importante de la comunidad ha sido tan caótico como en los otros pueblos.

Allá son comunes como en otros sitios: la resistencia a las pruebas, la incredulidad sobre la existencia del virus, las bebentinas, el no uso –o mal uso- de los barbijos y el rechazo al sano distanciamiento.      

¿Por qué, entonces, la enfermedad no ha diezmado a la población?

¿Es resistente a esa cepa de coronavirus?

¿Sería porque come muchos mariscos?

¿El virus le tiene pena al pueblo ante tan larga deuda de olvido oficial, o cree que los pobladores son brujos por su cercanía con la frontera con Haití?

¿Considera que los cangrejos y las iguanas le morderán?

¿Se aterroriza con el sol abrasante?

Mientras las instituciones autorizadas no estudien con rigor el extraño comportamiento del SARS-CoV-2, cualquiera podría pensar lo primero que le llegue a la mente. Y con razón. Es el resultado de su impotencia ante la carencia de explicación científica. Nada más peligroso.

Inaceptable la indiferencia ante la singular incógnita de salud que presenta una provincia empobrecida de poco más de 2 mil kilómetros cuadrados y unos 40 mil habitantes, distante 307 kilómetros de la capital.

En este nivel de la epidemia (pandemia para el mundo), Salud Pública, la OPS como brazo regional de la OMS, y el Colegio Médico, en tanto gremio asesor del Gobierno, no han presentado ni siquiera un proyecto de investigación sobre el bajo impacto de la covid-19 en Pedernales.

La información de calidad sirve para la toma de decisiones correctas favorables para la sociedad toda. Y sobre tal comportamiento, sólo tenemos especulaciones, generalidades. Falta, entonces, quien desenrede el enigma.

Pero que nadie alegue, ahora, para salir del paso y seguir en lo mismo, que la causa es la baja densidad poblacional, a menos que lo haya investigado in situ. Sería un recurso tan facilón como irresponsable.

Tan largo silencio de las instituciones que deben determinar las causas reales sobre el bajísimo impacto del virus en Pedernales, resulta dañino para todo el colectivo. Abre las compuertas de la búsqueda de respuestas en las divinidades, la brujería y los batidos de hojas sin control, aumentando con ello los riesgos de morbimortalidad.

Hablen. Queremos escucharles.