El lunes 20 de este mayo los niños llegarán temprano a la escuela (salvo aquellas en las que haya funcionado un centro electoral); los asalariados saldrán temprano a los lugares de trabajo (salvo aquellos que hayan celebrado en exceso alcohólico el triunfo propio o la derrota ajena); los policías de todos los rangos dormirán desde el amanecer (después de acechar a los opositores desde mucho antes de que se convirtieran en perdedores) y en el Palacio Nacional podría ser que a Luis Abinader se le ocurra, sonriente y en camisa de mangas cortas, cambiar la consigna “el cambio sigue” por otra más a tono con el día: “¡Fiesta y mañana gallo!”