HAY QUE DARLE GRACIAS A DIOS

La democracia es una paradoja. Puede coexistir en un contexto de transparencia institucional y plena libertad de expresión como también donde no hay transparencia, alta corrupción y los medios sufren cierto grado de persecución.

Tampoco las personas cambian de la noche a la mañana. Como dice el refrán “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Leonel Fernández, puede embrujar con sus palabras, pero jamás debemos olvidar quien realmente fue durante sus tres periodos de gobierno. Nada más que un encantador de serpientes que se cree sus propias mentiras.

Sus criticas diarias al gobierno es la de un hombre que nunca gobernó. La de un personaje que en 12 años en el poder nos llevó a la cúspide de la corrupción sobre la que giraba todo el quehacer institucional. Pasará a la historia como el único presidente que logró comprar unas elecciones en el 2012, generando un déficit fiscal astronómico.

Que nadie sueñe que volveremos a los años donde la impunidad era la regla convertida en ley.

La independencia del ministerio público, más que debilitarse, se fortalecerá y solo Abinader puede garantizar que esa decisión llegue a ser constitucional. Cualquier líder de la oposición, de llegar al poder, eliminaría esa independencia de un plumazo.

Los dos partidos opositores (PLD y FP), que tienen las mismas raíces, usarían la justicia para perseguirse mutuamente ya que se odian, tienen viejas rencillas y la venganza estaría a la orden del día.

Con Luis Abinader, la estabilidad macroeconómica con transparencia institucional está garantizada ahora y en el futuro aun en un contexto internacional desfavorable y lleno de incertidumbre. Lo ha demostrado en sus casi 4 años de gobierno con pandemia y guerras y eso es reconocido por el FMI, BM, BID, CEPAL, La UE y las veinte mil vírgenes.

La economía seguirá manejada con prudencia, con una inversión externa que continuará su crecimiento por la confianza en el gobierno y la seguridad jurídica que ofrece el país.

Llegamos a ocupar uno de los primeros lugares entre los pises más corruptos del mundo, pero eso ha cambiado radicalmente. Y continuará cambiando, como lo muestra el Índice de Desarrollo Humano.

La patriótica posición del gobierno dominicano respecto al tema haitiano ningún otro presidente la mantendría. Tampoco la presión internacional es posible neutralizarla sin el liderazgo y la alta aprobación nacional e internacional que tiene el presidente.

Los más recientes datos señalan que la seguridad ciudadana, de la que tanto se habla, puede preocupar a todos y eso es natural. Pero estamos ubicados entre los 4 países de la toda la región (34 países) con menos homicidios por cada 100 mil habitantes.

Los turistas siguen viniendo en manada porque lo saben, se sienten protegidos y no le temen a la delincuencia como en México, Jamaica, Colombia o Puerto Rico, entre otros muchos.

Hasta en Estados Unidos resulta peligroso estar en lugares públicos, incluyendo escuelas, donde desquiciados mentales ametrallan a mansalva sacrificando vidas inocentes.

Ningún presidente ha mostrado la sensibilidad de Abinader por ayudar a los sectores pobres. Mas del 55% del gasto público hoy se dedica a las ayudas sociales, desde la educación, la salud, la seguridad social, la alimentación, los combustibles, el gas licuado, el transporte, las ayudas monetarias directa, la vivienda, saneamiento de barrios, etc.

Las cifras sobre la disminución de la pobreza demuestran que ese gasto ha valido la pena.

Finalmente ¿Porque alcanza el dinero ahora más que antes? Por el ahorro de más de 40 mil millones anuales debido a la disminución de la corrupción y el despilfarro del dinero público. Así de simple.