Evidentemente bien aconsejado, Luis Abinader ha iniciado una línea tercermundista en las relaciones internacionales de su gobierno, amplio espacio de este mundo con el que nos podemos entender mejor que con los países del primer mundo (que primero que nada exigen de nosotros a su plena conveniencia, y después ya veremos). La apertura real con Guyana (tan petrolera como cualquier potencia petrolera), y ahora con Guatemala (que no es más “guatepeor” que nadie), nos ofrece esas señales para venderles y comprarles, sin pasar por Wall Street y ningún otro gancho… (Ojalá mire en serio hacia Venezuela y África).