-Porque: “La gente inteligente no se ofende, saca conclusiones”.
-“Un guerrero no lucha por odio a los que enfrenta, si no por amor a los que tiene detrás”.
La fluidez de la vida, siquiera los políticos la pueden detener. Podrán retrasarla un tanto, pero, al fin fluye hacia lo que debe de ser. Es en este tenor que las costumbres juegan un rol de primer orden, ya que, el ser humano siempre busca su espacio de comodidad aun en las peores circunstancias y, las cárceles, son la mejor muestra de lo expuesto. El solo pensar en una dictadura en los Estados Unidos o el Reino Unido es una absurdidad, pero, no así en otras costumbres que se acomodan a ser masacrados y humillados y, en vez de rebelarse, glorifican su verdugo.
Algo parecido con nosotros, tan dados al olvido de todo aquello que de una u otra manera, solo nos perjudican como nación. Ya, y gracias a dejarse embaucar por un torrente de propaganda gris, el tema policial no se toca, quizás porque sea cierto que la misma cambio o quizás le hemos dado de lado a este ingente problema que tan caro nos ha salido, recibiendo a cambio un pésimo y absurdo servicio que nos ha y continúa prestando esa aglomeración de personas mal uniformadas, mal organizadas y peor entrenadas.
Aunque no específicamente me quería referir a ese organismo, por desgracia me vino a la mente el asunto aquel del complejo de Guacanagarix, es decir, cambiar oro por espejitos y, vaya usted a ver que, después de tantos cientos de años, hoy, no nos vienen con espejitos sino, con teorías y cátedras buenas para los centros de estudios, pero no para la realidad del diario vivir. Ahora pienso que, no es la primera vez que recibimos “asesorías” de estos nuevos conquistadores, donde quizás, sea el tono de su idioma el que aduerme el buen pensar de nuestros políticos.
Estos personajes, que se dedican a dar charlas sobre soluciones de problemas, expertos en elaborar teorías para eficientizar instituciones, representan lo mismo que los “descubridores” aquellos, si, los de los espejitos, que muchos historiadores han calificado como bandidos aventureros que se lanzaron al mar con el único propósito de ganar dinero. Si así fue, cabría preguntar, si la intención de estos nuevos “descubridores asesores”, no tendrían el mismo propósito que el de aquellos invasores, a pesar de cambiar la espada por la oratoria porque, definitivamente, los que han venido a incursionar en este asunto tanto de política como de seguridad -en este caso-, el resultado ha sido solo eso, teorías y teorías muy caras, por cierto, pero, de resultados prácticamente nulos.
La policía cambió, pero, a qué ha cambiado, sería el cuestionamiento. Lo peor de esto es que no se puede hablar, es como el lobo aullándole a la luna porque el padecimiento del sesgo de confirmación, es decir, la tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias de los líderes, tanto políticos como policiales, no les permite ver ni sentir la real situación, porque solo oyen y ven, lo que solo está en sus mentes.
Debemos aclarar que cuando nos referimos a la P.N. eso incluye todo lo relacionado de una u otra manera con ella, incluyendo claro está el desastre del tránsito en todo el país, no por falta de leyes, no, sino por falta de la capacidad profesional para hacerlas cumplir. Pero esto es difícil, porque, además, comenzando por la mafia con los semáforos y el obtuso accionar de los agentes para sustituirlos, los jefes no ven ni siente las Madres y Padres de en taponamientos que se producen por este accionar erróneo. Pero aún estamos bien, quizás mañana estemos peor. ¡Sí señor!