No quiero imaginar que el tal Barbecué, con su enorme y poderosa banda delincuencial, empiece a mirar hacia la frontera (con los más de treinta mil dominicanos que viven en Haití y el millón de haitianos que viven aquí). No quiero imaginar que se produzca una marea de decenas de miles de haitianos que pretendan invadir la República Dominicana. No quiero imaginar la enorme matazón que se produciría desde Manzanillo hasta Pedernales. No quiero imaginar lo que esto provocaría en la enorme diáspora haitiana que tenemos aquí…Por todo eso y más debemos celebrar la decisión de Abinader de no permitir que Ariel Henry aterrizara aquí.