Sin duda un día empezaremos

a olvidar el rostro de la niña

llorando, con un vestido rojo

caminando sin zapatos,

en el polvo de los

edificios derruidos. Este día será

el primero de tu nueva vida

como un zombi, sin carne

y hueso, sin corazón,

sin espíritu. Para unos pocos

hombres y mujeres que

celebran sus festivales

y ceremonias religiosas

sin dejar espacio

para el primo necesitado

de ayuda en el campo

de cemento y asesinato

les dedico estos versos

pensando en una naturaleza muerta.