Monseñor Héctor Rafael Rodríguez, ya es el arzobispo Metropolitano de Santiago en pleno ejercicio de autoridad y función eclesiástica. Le corresponde la provincia de Santiago, sus 10 municipios y el territorio de Moca, provincia Espaillat. Una extensión de superficie de 3,633 km2, donde residen 1,400,230 habitantes, de los cuales, 1,172,000 son católicos, organizados en 90 parroquias.

Su Excelencia Reverendísima (S.E.R.), como en la salutación romana se estila, Monseñor Héctor Rafael Rodríguez y Rodríguez, estudió Filosofía (1981-1984) y Teología (1984-1989) en el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo. Fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1989, en su parroquia de origen, Nuestra Señora del Rosario Sánchez. Luego fue enviado a Roma a estudiar Espiritualidad en la Universidad Gregoriana, de 1989-1991.

Desde el dos de diciembre, en los salones multiuso de la PUCMM, llegó como regalo de Navidad para la provincia más provincia, Santiago. Él es una ofrenda genuina para la comunidad cristiana y no cristiana, de la ciudad novia del río Yaque.

La Arquidiócesis de Santiago fue creada el 25 de septiembre de 1953, mediante la Bula papal “Si Magna et Excelsa” del Papa Pío XII. Su primer Obispo fue S.E.R. Monseñor Octavio Beras Rojas, Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo, y administrador apostólico de Santiago (1954-1956).

Fue elevada a sede metropolitana (Arquidiócesis) mediante la Bula papal “Sollicitam Sane Curam” del 14 de febrero de 1994 de san Juan Pablo II, y fue su primer Arzobispo, su entonces Obispo S.E.R. Mons. Juan Antonio Flores Santana (1994-2003), quien luego fue sucedido por S.E.R. Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio (2003-2015).

Monseñor Héctor Rafael Rodríguez es un signo esperanzador que asume en una de las fechas más emblemáticas del cristianismo; diciembre el mes y el momento histórico del nacimiento de Jesús de Nazaret. En la liturgia cristina es la fase de transición del Adviento a la Navidad.

Según sus palabras, desea guiar su servicio en esta arquidiócesis “al estilo de Jesús Buen Pastor”, que es manso y humilde de corazón. Su gestión expresará dos dimensiones: una mística y otra profética. La mística que lo mantendrá unido al dueño de la Iglesia y al propietario de su vocación, Dios. Que implica tener mente y corazón puestos en Él.

La profética, comprende tener los pies “muy bien puestos en la tierra”. Ojos bien abiertos para ver y entender, no según su capricho sino al modo de Jesús. Valorar situación mundial, política local y global. Igualmente, los aciertos y contradicciones en las políticas públicas. Velará porque se cumplan “los derechos humanos fundamentales”.

El arzobispo metropolitano responderá asertivamente a su compromiso evangelizador con la región y la ciudad más generadora de sacerdotes y obispos por habitantes.

Estamos seguros que continuará la tradición de los obispos santiagueros que han puesto su sello identitario en la lucha contra la dictadura trujillista, la construcción de la democracia, la academia y esencia trascendente y espiritual del pueblo.

Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo creador de PUCMM, gestor del dialogo social, del seminario sacerdotal San Pío X y formador de Monseñor Agripino Núñez Collado, Rector Emérito, Estratega Sénior de Santiago y desarrollador de esta alta casa de Estudio. Roque Adames, líder religioso afianzador del movimiento familiar cristiano (MFC), impulsor de las parroquias barriales, del Plan Sierra y creador de los presidentes de asamblea. Juan Antonio Flores Santana en su momento también, obispo de La Vega, reconocido por su firme vocación mística.

Igualmente, Ramón Benito de la Rosa y Carpio, reconstructor y articulador de la gestión integral de la Catedral Santiago Apóstol. Creador del Consejo del Centro Histórico y Santiago Solidario. Premio “Pedro Francisco Bonó” del Plan Estratégico de Santiago. Impulsor de los almuerzos con los presidentes de la República para monitorear desarrollo y fino facilitador de la transición rectoral en PUCMM.

Finalmente, Freddy Bretón, Premio Nacional de Literatura 2023, prominente escritor, poseedor de una sólida obra que lo consagra entre los mejores autores dominicanos.

En fin, monseñor Rodríguez, atesora ocho años de experiencia episcopal en La Vega. Ha presidido la Pastoral de Medio Ambiente, por lo que las problemáticas y soluciones formuladas en el Plan Estratégico de Santiago 2030, tendrán importancia para su gestión episcopal de guía y evangelizador. Ocupa el cargo de presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), Gran Canciller y presidente de la Junta de Directores de la PUCMM.

En los hechos organizativos, el Arzobispado Metropolitano es miembro de pleno derecho del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) y coautor de su plan estratégico Santiago 2030 para un Santiago Salvador de Vidas.

El Arzobispado Metropolitano es miembro del Consejo para el Desarrollo Estratégico (CDES) y coordinador de su Comisión Técnica de Gobernabilidad y Gobernanza.

Aportando visión estratégica, institucionalidad y ética para modernizar la Catedral Santiago Apóstol y la rehabilitación del Centro Histórico. También facilitó junto al CDES, el Ayuntamiento y la Gobernación la creación del Consejo del Centro Histórico de Santiago, entidad que se dotó de la debida institucionalidad. Igualmente creó el organismo de solidaridad para situaciones de riesgos naturales, Santiago Solidario.

La gestión apostólica del nuevo Arzobispo es una esperanza para el desarrollo y la masificación de la calidad de vida de los más vulnerables y necesitados.