Hermano, sea gentil con mis versos escritos

en mi soledad y compartido contigo

y espero tus lectores. Entiendo

que debes apoyarlos florecer,

que conoces mejor el idioma

que yo. Pero mientras revises,

no pierdes su música; no pongas

un vínculo adicional. No me hagas

explicar el misterio sin dejar

un poco todavía en los versos.

Tu deber es necesario, lo mío

también. Hagámonos un compromiso.

La música verbale primero

y el resto se negocia.