La Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo el lunes 10 de febrero, consagró dos aulas de su edificio central en Santo Domingo con los nombres de los honorables  docentes meritísimos de la Escuela de Historia Carmen Duran y Emilio Cordero Michel, en atención a la excelente labor académica de ambos, maestros de generaciones. Durante la actividad también fueron desvelizadas dos tarjas dedicadas a ellos en las aulas que llevan sus nombres.

Emilio Cordero Michel fallecido el 24 de noviembre de 2018, dejó un importante legado como académico y ciudadano ejemplar entregado a la defensa de los más sanos intereses del pueblo.

Recordamos no solo su gran capacidad para la enseñanza, sino su decisión de instruir en base a un sentimiento crítico de la historia. Todo en atención al análisis de la documentación y testimonios fehacientes, rindiéndole siempre culto a la verdad histórica, enfrentando los conceptos atrasados y novelescos de interpretación de nuestro pasado.

Muchas generaciones de profesionales, no solo de las ciencias sociales sino en general conocieron sus enseñanzas en base a una historia verdaderamente crítica.

Fue un funcionario excelente en los cargos que desempeñó en la universidad como director del Colegio Universitario, Centro de Cómputos y la Editora Universitaria. Con una prolífica producción en historia.

Además nunca se arredró cuando debió enfrentar a los regímenes tiránicos de su época, como lo hizo frente a la tiranía trujillista, y cuando subió a las escarpadas montañas de Quisqueya como miembro de la guerrilla del Movimiento Revolucionario 14 de Junio a luchar contra el triunvirato golpista en 1963.

La maestra Carmen Durán, con doctorado en historia de la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba de Moscú, en la antigua Unión Soviética. Por su grado académico pudo establecerse en el exterior impartiendo docencia, pero inmediatamente terminó se reintegró al país y a nuestra universidad en momentos muy difíciles, en 1972 cuando la institución fue ocupada arbitrariamente por la policía balaguerista y estaba en el ambiente público otra posible intervención policíaca.

Carmen con el valor que siempre le ha caracterizado se incorporó a la docencia sin temor a la represión política, que no respetaba las condiciones sociales de los ciudadanos que osaran criticar las arbitrariedades gubernamentales. Nunca ha escondido el sentido crítico en sus exposiciones.

Como maestra de generaciones también se mantenido apegada a los elementos verdaderamente éticos de la historia, en base al análisis científico de la realidad social de los diferentes periodos históricos, enfrentando los atrasados conceptos de la historiografía tradicional trujillista.

En su largo trajinar como uasdiana ha ocupado la dirección de la Escuela de Historia y Antropología, y la dirección de la revista histórica Ecos.

 Sin dudas asistimos a un acto justiciero, con el reconocimiento a dos puntales de la docencia en el área de la historia, con larga y fructífera trayectoria.

Loor a tan dignos maestros de la historia dominicana.

Este magno regocijo de la Facultad de Humanidades, de la Escuela de Historia y toda las universidad, debe ser extendido a otros notables maestros que también han dedicado su vida a la enseñanza de la verdad histórica como los académicos Jaime Domínguez y José Antinoe Fiallo y post morten a Virgilio Bello Rosa.

La actividad contó con una nutrida participación de profesores y estudiantes, encabezados por autoridades de la universidad entre ellos la vicerrectora de extensión, Rosalía Sosa;  Gerardo Roa, decano de la Facultad de humanidades; Juan Daniel Balcácer, Presidente de la Academia Dominicana de la Historia; Teodoro Viola, director de la Escuela de historia, Francisco Acosta, director de Postgrado de la Facultad de Humanidades y Natalia González, directora del Instituto de Historia. También los familiares de ambos homenajeados.

Que este reconocimiento a los meritísimos maestros Carmen Duran y Emilio Cordero Michel, sea un estímulo para continuar avanzando por el camino trillado por ellos de enseñar de manera crítica nuestra historia, colocándola con las patas hacia arriba para sacudir todas las falsedades que la vieja historia tradicional imponía a la sociedad dominicana.