La salud y la seguridad de los ciudadanos de la República Dominicana constituyen dos ejes de alta prioridad para la sociedad.  Una nación  avanza en su desarrollo socioeconómico y cultural, si su población tiene una salud robusta y si se siente segura para expresarse y moverse en libertad. Cuando sucede lo contrario, el desarrollo integral de la sociedad se ve amenazado y, sobre todo, se paraliza. Lo más difícil de la situación descrita es que las personas se sienten impotentes, desprotegidas. Estos sentimientos generan desencanto; alientan la irresponsabilidad social. Por ello invitamos a las autoridades relacionadas con los dos ejes nucleares de este artículo a que reorganicen su plan de trabajo.

 

Les recomendamos a las autoridades indicadas realizar un recorrido lúcido por los centros de salud y por las diferentes zonas del país. No hay derecho a que a una persona enferma se le niegue la atención por un conflicto entre el Colegio  Médico Dominicano  y las ARS. Esto les está pasando a personas que tienen el seguro de salud Universal. De otra parte,  tampoco hay derecho a que, cada vez más, sienta miedo para caminar en las calles y divertirse sanamente. Están conminando al pueblo a que se encierre y se olvide de sus derechos. Los derechos humanos,  sociales, políticos y culturales son innegociables. Nadie debe conminar al pueblo a que renuncie a una vida ciudadana saludable y segura.

 

De ninguna manera se puede aceptar que el Ministerio de Interior, responsable de garantizar seguridad y paz ciudadana y social, se refugie  en la cultura de la excusa. Basta ya de argumentos que, más que convencer, encienden el repudio de los afectados. Es necesario más trabajo y menos pose. Es urgente más identificación con los problemas de la gente, especialmente las más vulnerables. Es prioritario pensar, planificar y actuar con inteligencia para defender la vida y la seguridad de la población.  Es el tiempo de acortar distancia entre palabras y hechos. Antes de ampliar la incoherencia entre estas dos acciones, los dos Ministerios han de sincerarse con la sociedad.

 

Los Ministerios de Salud y de Interior necesitan revisar su actuación con respecto a los problemas señalados. Es obvio que, con respecto a la salud, la lucha con instancias con énfasis mercadológico como las ARS no es nada fácil. De igual forma, los problemas de seguridad ciudadana tienen como base factores estructurales, locales y transnacionales

de alta complejidad. Pero, a pesar de ello, no tiene razón de ser que se empuje a este país a reconvertirse en un cementerio. Tampoco lo han de transformar en una celda. Es necesario fortalecer la demanda por el derecho a la salud, a la libertad y a la seguridad ciudadana.

Los avances del país  se han de notar en la calidad de vida y de salud de las personas. Se ha de evidenciar, también,  en una vida segura, libre y estable. La República Dominicana es hermosa. Privar a las personas de la riqueza natural y humana que posee es un atentado inadmisible. Se requiere un trabajo más comprometido y congruente entre palabras y hechos.