¿Qué es un Lunpen? En la sociología de marxista y posmarxista aparece el concepto del ‘Lunpenproletariado’, acuñado por Karl Marx y Friedrich Engels en su obra “La ideología alemana” escrita entre 1845 y 1846: “Los plebeyos, que ocupan una posición intermedia entre los libres y los esclavos, no llegaron a ser nunca más que una especie de Lunpenproletariado”. Sostenía que los acontecimientos históricos que habían conducido al golpe de Luis Bonaparte en 1851, dejaron claro que los lumpenes habían sido utilizados por grupos de poder con fines espurios, a cambio de poder y dinero. El Lumpen es, según la definición de Marx y Engels, el grupo más bajo y desclasado de la clase trabajadora (proletariado), que además está desprovisto totalmente de consciencia de clase. Se podían prestar para cualquier acción amoral y hasta delincuencial con tal de subvenir a su pobreza.

 

En los años 70 del siglo XX tuvieron un gran impacto en las ciencias sociales latinoamericanas las teorías de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), en particular la llamada “teoría de la dependencia” autores como Marini, Bambirra, Cardoso, Faletto, Furtado, Dos Santos, Martins, Amin, Gunder Frank, están entre los mas relevantes. Una de ellas fue expuesta por un economista marxista radical de origen alemán, André Gunder Frank. En un breve opúsculo titulado Lumpenburguesía, Lumpendesarrollo, el autor expone su concepción del desarrollo y la naturaleza de las clases en la América española y portuguesa derivadas de la colonización.

 

André Gunder Frank sostiene en esta obra las siguientes tesis: “I) La Conquista colocó a toda América Latina en una posición de creciente subordinación y dependencia económica colonial con respecto al sistema mundial único del capitalismo en expansión; II) Esta relación colonial y después neocolonial con respecto a la metrópoli capitalista/mercantilista ha formado y transformado la estructura económica y de clases, e inclusive la cultura, en el seno de las sociedades latinoamericanas, haciendo que esta estructura nacional se transforme como consecuencia de los periódicos cambios en las formas de dependencia colonial; III) Esa estructura colonial y de clases determina intereses muy directos de clase para el sector dominante de la burguesía, que a menudo, valiéndose de los gabinetes gubernamentales y demás instrumentos del Estado, genera políticas del subdesarrollo económico, social, cultural y político para la ‘Nación’ y los pueblos latinoamericanos, haciendo que cuando un cambio en las formas de dependencia modifica la estructura económica y de clase, se determinen a la vez cambios en la política de la clase dominante y sus “modelos” de desarrollo que, salvo determinadas excepciones, terminan fortaleciendo aún más los mismos lazos de dependencia económica que propiciaron estas políticas y que por lo tanto contribuyeron a agravar aún más el desarrollo del subdesarrollo en Latinoamérica”. Gunder Frank, después de bucear en las distintas etapas históricas que arrancan desde la Conquista en el siglo XVI.

Con el abandono del desarrollismo cepalino en los años 80 y el triunfo del neoliberalismo fundamentalista de mercado, estas teorías de la dependencia y sus políticas de acompañamiento, como la llamada “sustitución de importaciones”, la integración regional y la protección de los mercados y de la producción interna, tanto industrial como agrícola, fueron despreciadas por la sociología y la economía en voga, para una justificación de la privatización, la apertura total de los mercados y la crisis de la producción interna de cada país. De ahí, las políticas del ALCA (fracasado), el NAFTA, el CAFTA, y los TLC bilaterales, con EEUU, y el EPA con la UE.  Incluso la misma CEPAL, que conservó algo de sus señas originales, dio, parcialmente, puerta abierta a las teorías y políticas neoliberales.

En la actualidad asistimos al colapso del neoliberalismo, de sus paradigmas mas importantes, y la emergencia de nuevas alternativas, como la llamada “desglobalización”. Una consecuencia de ese derrumbe del neoliberalismo es la puesta a la vista de todos del carácter semi-delincuencial del desarrollo latinoamericano. No sólo en nuestro país, sino desde el sur del Río Bravo hasta la Tierra del Fuego de Suramérica. Corrupción desmedida, crimen político como arma usual, negocios turbios ligados con el crimen más aborrecible, las formas más inauditas de la corrupción estatal, ausencia de moralidad en la vida pública –en RD proliferación de los riferos y aliados del narco como la yerba mala- robos consentidos por los imperios dominantes, como denunció recientemente el Papa Francisco, sumisión total a las potencias extranjeras, al punto que un país muy importante ha tenido el “tupé” de hacerse “socio preferente” de la principal alianza militar imperialista en Occidente: la OTAN.

¿Entonces, no podemos hablar de un Lumpendesarrollo en la región, tanto en la era de las cañoneras y las bananas republic’s como hasta el presente?  ¿Los recientes escándalos en nuestro país, particularmente del Ministerio Público durante el danilismo, no serán muestras de ese Lumpendesarrollo en que están involucrados desde los más encumbrados niveles del “empresariado” hasta los buscavida más reconocidos, la famosa Lumpenburguesía y podríamos hablar ahora de una Lumpenoligarquía?