Este domingo 2 de octubre hay elecciones generales en Brasil. En caso de necesidad, habrá una segunda vuelta el domingo 30 de octubre, cuatro semanas después de la primera vuelta. Además de todos los 513 escaños de la Cámara de Diputados federal, y 27 escaños de los 81 del Senado federal, serán electos el Presidente o Presidenta de la República y su sustituta o sustituto vicepresidencial.

Además del actual presidente, Jair Bolsonaro, que se presenta a la reelección contemplada en la constitución brasileña, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003- 2011) del Partido de los Trabajadores, el dirigente socialdemócrata de Partido Democrático Laborista (PDT), Ciro Gomes, y Simone Tebet, del partido Movimiento Democrático Brasileño. El presidente Bolsonaro es postulado por una coalición de partidos de derecha y ultraderecha llamada “Por el Bien de Brasil” (Partido Liberal, Republicanos y Progresistas) y el presidente Lula da Silva por una coalición de izquierda y centroizquierda “Brasil de Esperanza” constituida por el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Comunista de Brasil, Partido Verde, Partido Socialista Brasileño, Solidaridad, Red de Sostenibilidad, Partido Socialismo y Libertad, Avante, Actuar, y Partido Republicano de Orden Social. Entre estos dos candidatos tan dispares, tendrá que seleccionar el electorado brasileño a su Jefe de Estado, este domingo 2 octubre de 2022.

Existe una gran cantidad de sondeos que todos dan la ventaja al ex presidente Lula da Silva. Entre un 44% y un 40% el más bajo. Al presidente Bolsonaro, en los últimos sondeos lo sitúan entre 39% el más alto y un 31% el más bajo. Después del primer debate electoral Lula se sitúa entre un 47% y un 44% y Bolsonaro entre un 32% y un 37%. En la segunda vuelta, en caso de celebrarse, las estimaciones de las encuestas, todas dan como ganador al Presidente Lula de Silva, entre un 54% y un 49%. El Presidente Bolsonaro en todos esos escenarios es derrotado en segunda vuelta por el Presidente Lula. Podría decirse que el ex presidente Lula da Silva está a las puertas del Palacio de Planalto, sede del Poder Ejecutivo en Brasil.

Una confirmación de esa tendencia consolidará de forma potente la llamada “Ola Rosada” o “Segunda Ola Progresista” en América Latina, con el proceso iniciado por el Presidente Manuel Andrés López Obrador en México en 2018, seguido por el Presidente Alberto Fernández en Argentina en 2019, el Presidente Lucho Arce en Bolivia, después del Golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. Siguieron los triunfos de Gustavo Petro en Colombia 2022, de Gabriel Boric en Chile 2021, de Pedro Castillo en Perú 2021, de Xiomara Castro en Honduras (2022) entre los más relevantes.

Sin embargo también se produjeron derrotas en Ecuador (2021) con Guillermo Lasso y en Uruguay (2022) con Luis Lacalle Pou que desplazaron al Frente Amplio y a la coalición Unión por la Esperanza del ex presidente Correa. Las evoluciones de Nicaragua y Venezuela, deben ser objeto de otro análisis, así como la situación social y política en la Cuba después de la muerte de Fidel y la salida de Raúl Castro y la difícil transición económica en medio de una pandemia que le atacó con fuerza.

En caso de Lula regresar al poder lo hará como si fuera un Cid Campeador moderno. Una guerra de “Lawfare” de alta intensidad, que derrocó ilegalmente a la presidenta Dilma Roussef y encarceló sin bases jurídicas al presidente Lula por más de año y medio (19 meses) por un burdo caso de acusación de corrupción sin fundamentos. Todos los cargos y acusaciones fueron eliminados por la Corte Suprema Federal de Brasil y los demás casos fueron sobreseídos. “Quisieron encarcelar una idea y las ideas no se encarcelan” afirmó el ex presidente brasileño al salir de prisión.

Gran parte de las conquistas logradas en los dos gobierno del PT, con Lula y Dilma, han sido desmontadas por unas políticas ultra neoliberales del presidente Bolsonaro y su super ministro de economía, Paulo Guedes, que unificó bajo un mismo mando los ministerios de Hacienda, Planificación, Presupuesto y Gestión, así como Industrial, Comercio Exterior y Servicios y algunas áreas del ministerio de trabajo. El plan de Guedes era privatizar todo lo que se podría privatizar, incluyendo las pensiones públicas, y empresas claves como Petrobras y Embraer, la empresa aeronáutica más importante de América Latina y gran competidora a nivel mundial en los aviones de rango medio. Guedes no llevaba el plan de Bolsonaro, sino que Bolsonaro era quien apoyaba en todo las excentricidades de Paulo Guedes. El resultado ha sido un incremento desmesurado de la pobreza extrema, un negacionismo de la pandemia que hizo de Brasil el segundo país con más muertos después de los Estados Unidos, incluso más que India, Indonesia y no decir China con poblaciones mucho mas grandes. Sin embargo, el “bolsonarismo” ha tenido su éxito en segmentos de las clases altas de Brasil, medias altas y en segmentos importantes de la importante comunidad de evangélicos brasileños. De ahí viene la polarización de la campaña y las amenazas –tipo Donald Trump- de desconocer una eventual derrota o propiciar un golpe de Estado. Todo indica que el Plan Bolsonaro está colapsando y que Lula volverá al Palacio de Planalto al finalizar las elecciones.