Los hombres tienen que hacer que los otros hombres asuman su responsabilidad (para prevenir las agresiones sexuales). Terry Crew – actor, exjugador de fútbol y activista
Desde que publiqué mi crónica sobre los hombres dulces el 3 de enero pasado, he recibido un montón de hermosos comentarios que me confirman que la masculinidad positiva es un tema importantísimo en el que necesitamos que se involucren más y más hombres. Como les decía en ese momento, yo llamo hombres dulces a los que han decidido ir contra lo que les hemos enseñado como sociedad para ser mejores padres, mejores parejas, mejores amigos… o sea, mejores seres humanos. Estas reacciones tan lindas van desde los amigos que disque relajando me reclamaban por no ponerlos como ejemplo hasta mi amiga y colega feminista Mildred Mata que reenvió la columna a los varones dulces que conoce y las tantas personas conocidas y por conocer que compartieron la crónica en sus redes sociales.
Mi reacción favorita fue la del amigo del colegio que me escribió en privado para agradecerme porque la crónica le llevó a tener una conversación muy linda con su hija mayor; algo que, como se imaginarán, me apapuchó el corazoncito. También me alegró ver más ejemplos de hombres dulces incluyendo al papá primerizo que me recibió bajando y subiendo la escalera de su edificio para distraer a su bebé cuando fui a conocer al bebo y a visitarles a él y a su compañera. Además, me enteré de más ejemplos de varones dulces de todas las edades incluyendo los hijos y sobrinos de mis amigas feministas independientemente de las áreas en las que se desempeñan: ministro del presente gobierno o doctor recién regresado de especializarse en Cuba, experto en masculinidad positiva o embajador extraordinario y solidario ido a destiempo.
Por toda esta belleza en pote que me regalaron ustedes, decidí hacer una segunda parte de mi crónica sobre los varones dulces resaltando algunas ideas de cambios e iniciativas que pueden hacer tanto los hombres dulces como los hombres interesados en cambiar para serlo. Yo como soy activista y académica, creo en y además estudio el poder de los movimientos sociales. Por eso, siempre preferiré que la gente se junte a hablar, se organice y construya el cambio de manera colectiva. Pero no hay que ser activista ni tiene que crear un grupo nuevo para aportar en este cambio que tanto necesitamos para tener una sociedad inclusiva y pacífica así que aquí les comparto algunos recursos y algunas ideas:
- Preste atención a sus emociones. En sociedades como la nuestra, desgraciadamente le enseñamos a los varones que no deben mostrar ninguna emoción que no sea la rabia. Desde pequeñitos les decimos que “los hombres no lloran” o que son “el hombre de la casa” asignándoles responsabilidades que no les corresponden. Si ya usted es un hombre dulce, me imagino que hace tiempo que lo hace especialmente si es papá mostrando ternura con sus hijas y con sus hijos (por cierto, fíjese si lo hace de igual manera con ambos, muchos hombres solo se permiten la ternura con sus hijas). Pero no está de más reflexionar si hace lo mismo con su pareja, con el resto de su familia, con sus compañeros y compañeras de trabajo, con las otras personas en su vida y con usted mismo. También enséñeles a los niños que está bien expresar sus emociones (no solo la ira) pero nunca con violencia como hacen los hombres dulces en el famoso anuncio de Gillette que les mencionaba en mi crónica anterior.
- Fíjese en cómo juzga a las personas dependiendo de su género. Por ejemplo, la mayoría de la gente piensa que un hombre que habla alto y con seguridad sin dejarse interrumpir es un “líder” y es “proactivo” mientras que si una mujer hace lo mismo la juzgamos como “mandona” o “machorra” (o con nombres peores que no voy a repetir aquí). También juzgamos a las mujeres como “histéricas” cuando muestran sus emociones o, peor aún, lo decimos como evidencia de que no son personas capaces en el trabajo o en su vida personal. (La palabra viene del griego “hystéra” que significa útero. Fíjese que solo se utiliza para descalificar a las mujeres, sean biológicas o trans).
- Cambie la forma en que trata a las mujeres en la calle y otros espacios públicos o intervenga cuando otros hombres no lo hacen de forma apropiada. ¿Es usted de los que constantemente le está diciendo a las mujeres que sonrían “para que te veas más bonita” pero no se le ocurriría decirle lo mismo a un hombre? ¿O es de los que cree que es su derecho y su deber decirles “piropos” a las mujeres que le pasan cerca? Hay piropos que podemos usar con otras personas si son gente conocida a la que tenemos afecto y sabemos que les gusta. Por ejemplo, yo soy una que le vivo diciendo a mis familiares y a mis amistades cuando algo les queda bien. Pero la mayoría de lo que muchos hombres les dicen a adolescentes y mujeres que no conocen son simplemente ejemplos de acoso. Y créame que muchas de sus hijas, hermanas y amigas tienen historias terribles de cosas que les han dicho desconocidos en la calle y que tampoco puedo repetir aquí. Consulte la cuenta de Catcalls RD para saber la diferencia o anímese a ir con las adolescentes y mujeres de su familia al evento sobre este tema que tendremos con Catcalls en la Tertulia Feminista Magaly Pineda este sábado 20 de enero.
- También hay personas que no se identifican ni como hombres ni como mujeres que en la sociedad occidental llamamos no binarias y en otras sociedades, como las indígenas de EEUU, llaman “personas con dos espíritus”. ¿Cómo reacciona usted cuando no puede identificar si una persona es hombre o mujer al verla? ¿Las insulta o hace chistes sobre ellas? Piense en cómo se sentiría usted o alguien que quiere si les hicieran lo mismo y cuando pueda tómese unos minutos para leer la crónica en que traté el tema de las personas trans, intersexuales y no binarias.
- Como papá / tío / abuelo, enséñeles a sus hijos / sobrinos / nietos varones lo que es el consentimiento y el respeto a las mujeres. Lamentablemente vivimos en sociedades donde solo le enseñamos a las mujeres a cuidarse de la violencia que pueden recibir de los hombres como si los hombres fueran animales salvajes que no se pueden controlar. Hasta muchas madres lo repiten cuando dicen “a las demás que cuiden sus gallinas porque mis gallos están sueltos”. Pero no es así. Como dice Don McPherson, el jugador de fútbol de EEUU que les mencioné en mi crónica anterior, los hombres tienen un rol fundamental que jugar para eliminar la violencia contra las mujeres. Y para eso hay muchos materiales sobre el consentimiento en las relaciones sexuales y sobre cómo criar varones respetuosos que puede buscar y consultar. Mi ejemplo favorito es una escena de la famosa serie Grey’s Anatomy donde la figura paterna (Warren) de un adolescente (Tuck) le enseña que el consentimiento es como el “tiempo fuera” en los deportes cuando se lastima un jugador/a. Por eso le insiste en que si la chica con la que está (Tuck es heterosexual) no se está divirtiendo aunque no le haya dicho nada, él debe detenerse inmediatamente y confirmar que ella está bien.
- Sea proactivo en las conversaciones y grupos de hombres de los que es parte en el trabajo, cuando van al play o cuando comparten como amigos. Yo sé, hay momentos en que no queremos llevar la contraria para que no nos excluyan. Pero el riesgo vale la pena y lo que está en juego es literalmente la vida y la integridad física de sus hijas, hermanas, amigas y las demás mujeres (y otras personas) que quiere y que aprecia en su vida. Cuando alguien haga un chiste sexista, racista, contra la comunidad LGTBQ o contra otros grupos diga que no está de acuerdo y si ve que hay tiempo y se da la oportunidad, explique con su paciencia y diplomacia de hombre dulce el por qué lo hace.
- En el trabajo puede adoptar o crear iniciativas sobre masculinidad positiva con sus colegas varones, especialmente si usted está en un rol directivo o puede acercarse a las autoridades para proponerlo. En República Dominicana ya hay varios ejemplos en el sector privado y en la sociedad civil como el trabajo que hicieron por años la Philips Morrison y la Cervecería Nacional Dominicana con su personal masculino con apoyo del Centro de Estudios de Género (CEG) de INTEC, la campaña Resetéate diseñada por jóvenes con apoyo de varias instituciones incluyendo el CEG y el Instituto de Género y Familia de la UASD (y si es docente aquí está el excelente manual que crearon) y la campaña corporativa que durante años ha llevado el BHD. También CIPAF trabaja el tema de la paternidad igualitaria desde que trajeron a Michael Kaufman, uno de los primeros hombres en destacar la importancia de la masculinidad positiva, al país en los años ’80.
- Si trabaja en el sector público, es crucial el referente del Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Fiscalía del Distrito Nacional que necesitamos ampliar urgentemente al resto del país. Pero el Centro se dedica a rehabilitar hombres que ya han cometido violencia por lo que le sugiero replicar iniciativas involucrando a los hombres en la prevención de la violencia contra las mujeres como las que implementaron, también en la Fiscalía, Francisco Domínguez Brito y José Manuel Hernández Peguero o la del Lazo Blanco como lo ha hecho la Cámara de Diputados y las campañas y seminarios que ha realizado el Ministerio de la Mujer. Además, puede buscar más ideas que han funcionado a nivel internacional como la campaña HeForShe (ÉlPorElla) de ONU Mujeres o la red MenEngage (Los Hombres se Involucran).
En fin, que como hombre dulce que es o si está interesado en serlo, hay muchísimo que puede hacer para mejorar su calidad de vida, la de su familia y las de las niñas y mujeres que conoce y las de todo el país. Y si ya es papá, tío o abuelo, imagínese la felicidad inmensa que le va a dar contribuir a que las niñas, niños y jóvenes en su vida vivan en una sociedad en la que no reciban ni ejerzan violencia. ¿Verdad que vale la pena? Como les decía hace unos días, yo soy una de las feministas interesadas en apoyarles y hay muchas más. Cuéntenme cómo les va. (Twitter: @amazonatropical)