En este mes se inician las vacaciones de verano de buena parte de los estudiantes, por lo que tendrán más tiempo que dedicarse a juegos por internet, con celulares, tabletas, ordenadores y otros dispositivos electrónicos. Herramientas útiles y divertidas, que bien usadas podrían estimular procesos cognitivos como el pensamiento, el razonamiento, el dominio de las letras y números y aumentar la cultura individual. Pero, en estos días, requieren esencial supervisión, porque pueden afectar la vida social, las prácticas deportivas, el auto cuidado y el desarrollo integral, por lo que deben establecerse horarios y normas claras.

En la actualidad, existen estudios y evidencias que sostienen que el uso excesivo de estos juegos por internet afectan la concentración y el aprendizaje de ciencias y matemáticas, las lecturas y escrituras; factores que influyen en nuestro bajo resultado en las pruebas Pisa. Afectan la capacidad para interactuar cara a cara con otros niños y adultos, o sus relaciones interpersonales. Tan esencial que es aprender a comportarse con la gente. Los acercan a contenidos inapropiados, como pornografía y oficios peligros.

Y la exposición exagerada a videojuegos violentos, aumenta la probabilidad de que se comporten agresivos, luego de verlos. Y promueve la holgazanería, y el sobrepeso. Y lo más grave, el uso excesivo de estos juegos está asociado a adicciones y trastornos de ansiedad y depresión, porque sus diseñadores y fabricantes saben cómo convertirlos en atractivos y adictivos. Por lo que me acercaré algunas casusas y razones del lado dañino o patológico de estos juegos.

Al decir de Robert Sapolsky en su reconocido libro de ciencia Compórtate, la biología que hay detrás de nuestros mejores y peores comportamientos, el cerebro humano no se desarrolla todo al mismo tiempo, y hay órganos como el lóbulo frontal, y especialmente la Corteza Prefrontal o CPF, que es el último en alcanzar la plena madurez o desarrollar todas sus conexiones, lo que la mayoría de humanos logran a mediados de la veintena, cerca de los 25 años. Le llaman lóbulo de la consciencia y la personalidad por regular tantos compartamientos humanos.

De ahí que sea la etapa de la vida en que se realizan frecuentes hechos geniales y heroicos, como horribles y inhumanos, en la política y en la ciencia. Lo curioso es que se trata de un órgano influido mínimamente por los genes y muchísimo por la experiencia, o estímulos ambientales. Y los juegos por internet tienen la particularidad de que activan la producción de sustancias llamadas del placer, como la dopamina y la endorfinas, relacionadas como la satisfacción y el placer, que generan gratificaciones o recompensas instantáneas y frecuentes, con desafíos escalonados, con escape de la vida real, o sea, del aquí y el ahora.

Finalmente, recordemos que la Guía o el Manual de Trastornos Mentales, o DSM-5, en su última versión del 2014, contiene que un grupo de sus autores revisó más de 240 artículos y encontró algunas semejanzas conductuales del trastorno de juego por internet con el juego patológico y con los trastornos por consumo de sustancias, por lo que decidieron incluir el trastorno de juego por internet en este Manual, junto al uso de sustancias ilícitas, al alcohol, y a juegos de azar o donde apuestan dinero. Fíjense a qué nivel están estos juegos.

La buena noticia es que hay evidencias de que la mayoría de estos trastornos adictivos son aprendidos, y se desaprenden o corrigen más de lo que se pensaba, pero resultan más difíciles cuanto más tiempo se espere para intervenirlos; por lo que el proceso de internamiento de estos adictos requiere esfuerzos humanos y económicos importantes, en buenos centros de rehabilitación en Colombia y Estados Unidos, y del apoyo continuo de su familiar. Entonces más vale prevenir, que curar.

 

** Este artículo puede ser escuchado en audio en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván en Spotify.