Me acabo de enterar por las noticias de la decisión de suspender un curso sobre la igualdad y equidad de género en las aulas del Ministerio de Salud. Una medida que se tomó por la presión que ejercieron ciertos grupillos de alcahuetes inquisitoriales. La suspensión se debió al rechazo de un post que estaba colgado en la cuenta pública de dicho ministerio.
Este grupo de inquisidores modernos atacaron ferozmente al Ministerio de Salud Pública. Los hicieron por diferentes medios de comunicación mediante la presión, burlas y todo tipo de cantares odiosos. Dice el Dr. Víctor Atallah que suspendió, porque no autorizó al departamento de género de la institución, a que se impartiera dicho curso. No obstante, todas sabemos que se debió a la presión que levantaron los coros celestiales de esta media isla.
Las notas que se encontraron por todos los medios públicos describen que la suspensión del curso se debe a lo que decía el post. Se mostraba una fotografía y la frase célebre de una filosofa francesa llamada Simone Beauvoir. Lo que decía: “no se nace mujer, se llegar a serlo”. Esto provocó urticaria a los defensores de la patria.
La filósofa tomó este planteamiento de una antropóloga social norteamericana llamada Margaret Mead que en los años treinta propuso estas ideas, a partir de sus estudios etnográficos. Lo que observó en campo fue lo siguiente: las diferentes culturas definen roles distintos para hombres y mujeres, creando papeles disímiles que nada tienen que ver con lo biológico. De acuerdo con lo que describe en su texto titulado femenino y masculino, los roles humanos se construyen, a través de un entramado cultural. Lo que hoy hemos llamado el producto de una construcción cultural o social.
En este ámbito, la antropología demostró que lo que es considerado femenino o masculino es diferente de cultura a cultura. Todas las culturas elaboran designaciones para lo que llaman femenino y masculino. Y esto no tiene que ver con el correlato biológico. Por tanto, esto no viene de la biología, ni mucho menos de la idea que se tiene de Dios. La cultura establece los papeles que se asumen socialmente y define la conducta en base a esos roles y esto puede cambiar con el tiempo. El correlato biológico, no determina los comportamientos humanos. Este es un viejo argumento en el campo de las ciencias sociales. La teología se sostiene en una base ideológica de verdades espirituales y en el campo de las religiones. Yo respeto esas definiciones, pero no me sirven para explicar la vida humana, ni la base de la cultura en general. Las ciencias sociales existen y tienen sus basamentos teóricos sobre lo humano. Recuerden son ciencias.
Las ciencias sociales elaboran su análisis del comportamiento humanos. Y elaboraron sus discursos basados en un proceso epistemológico, bajo los cimientos de la observación, las preguntas, la verificación, la reflexión, el entendimiento entre partes. Esto forma parte de un pensamiento importante en el campo de las ciencias sociales. Construimos teorías sociales, porque desde el ámbito de nuestro quehacer estudiamos sobre lo humano y su realidad. Elaboramos diversos métodos para entender y elaborar los argumentos que deben ser analizados con bases científicas, así construimos las teorías para explicar quiénes somos en este universo. No podemos basarnos en nuestras creencias espirituales para explicar la diversidad y la humanidad misma. Perdón, creo que son valiosas las ideas religiosas, pero no estamos en teología. Estamos buscando compresión, análisis y respuestas sobre lo humano, a través de lo que observamos y que se apruebe, no solo por la repetición de los hechos, sino también por medios de un aparato conceptual que se construye con base empírica y hermenéutica.
El mundo cultural se identificó como nuestro espacio. Para entendernos nos comunicamos por medio de un lenguaje y este proceso requiere del otro para establecer el operador de la comunicación. Las ciencias sociales se fundamentan en parámetros de entendimiento empíricos y teóricos. Así funciona nuestra episteme para definir quién es ese bípedo cultural. Es la cultura, lo que define en occidente el concepto de humanidad. Es claro que tenemos una base biológica, pero esto solo determina nuestra animalidad, no define la humanidad. En occidente está claro que tenemos un lenguaje, un inconsciente y toda una gama de estrategias materiales y simbólicas que se construyen como artificio, y es lo que llamamos cultura. El humano es un hacedor de cultura.
Las feministas elaboran sus teorías, a partir de una reflexión académicas y científicas. El Ministerios de Salud Pública, no ha tomado en cuenta todas las elaboraciones, teorías y preguntas desarrolladas por la academia y el pensamiento social moderno. Que se ponga entredicho, lo que tiene ya más de un siglo, no sitúa en una sin razón. Vamos a estar dirigidas e inscriptas en una esquela religiosa. Eso da vergüenza. La vida pública y las discusiones sociales se tocan en el ámbito de reflexiones políticas. No es posible que podamos leer tales opiniones que no se basan en lo académico y en una lógica hermenéutica. No es un debate con bases científicas. Entiendo las ideas religiosas y la respeto, pero deben ser discutidas en su pulpito. No para la ciencia ni para dirigir las políticas públicas.
Y vuelvo sobre mi pregunta. ¿porque el Estado dominicano todavía, a la luz de la postmodernidad y estar insertado a un mundo globalizado, por formar parte de acuerdos internacionales, puede tomar decisiones, como la de eliminar una clase de género? El tiempo social esta revertido en estos escenarios públicos. Se instaura la religión como posibilidad de decisión para las cosas públicas. Lo puedo entender en el medievo, pero no en el siglo XXI. Yo no sé, Dr. Víctor Atallah pero en la actualidad, operamos a corazón abierto. Necesitamos de ciencias biológicas y sociales. Usted es un hombre de ciencia, al igual que yo. ¿Por qué dejarse presionar por ese coro de inquisidores?
Estamos claro que este país es democrático y no un estado policial. Somos un país soberano que se sostiene en un modelo de Estado-nación. Esto fue un diseño europeo que definió el Estado en un contexto de crear políticas públicas con principios de tolerancia, racionalidad y de utilizar la reflexión tanto de los intelectuales y científicos para cooperar en la construcción de políticas democráticas y de derechos humanos.
Las ciencias biológicas y sociales son herramientas para el dialogo abierto. No hay consultas a las universidades. Para que sirven estas instituciones en el país. Las universidades no son un título. Las universidades legitiman un saber. Acaso solo desean tener un grupito que ofrezcan servicios técnicos de ingeniería, tecnología, entre otros y no haya discusión ni diálogos. ¿Los intelectuales, están obsoleto en este país?
El movimiento feminista elaboró teorías, a partir de lo que la antropología de género y la sociología discutieron en tornos a lo humano. Ese planteamiento de Simone de Beauvoir ayudó a construir una teoría sobre la mujer y los hombres en sus relaciones políticas y de género, entre otros.
Esta pensadora francesa, fue la que retomó las reflexiones de la antropología para poner sobre el tapete la cuestión femenina. En esas discusiones, en los círculos parisinos, la filosofía asumió una agenda para reflexionar sobre los lugares de las mujeres en la sociedad. Simone Beauvoir planteó en su libro Segundo Sexo, que la mujer no nace, es decir que no es la biología, la que determina los papeles que las mujeres asumen en la sociedad. Este planteamiento hoy día es de Perogrullo, no se discute en las ciencias sociales, ni en Europa, ni en los discursos geopolíticos, pero si todavía en la Republica Dominicana. Una media isla donde todavía se escuchan esos coros intrascendentes.
Estas posiciones inquisitoriales, una dirá son el producto de la ruralidad, la falta de educación, la falta de entendimiento de las teorías sociológicas, la mentalidad religiosa propia de sociedades cuyas bases coloniales están todavía presente. Otros expresarán que se debe a la falta de lectura para principiantes de las teorías antropológica o de la filosofía, entre otras tantas reflexiones que circulan en el mundo académico.
Frente a este escenario, me dirijo a lo más sencillo. La sociedad dominicana, no tiene reflexiones críticas que puedan tener un peso político que frene al corrillo inquisitorial. Y no es el discursillo de que es conservadurismo, es que no existen esos espacios libres para la reflexión. Yo me planteo en primera persona que la sociedad dominicana está atrapada en una vertiente de estancamiento colectivo de una posición dialógica.
No hay un espacio de tribuna en la que se pueda reflexionar académicamente. Y que de esos diálogos surjan planteamientos de influencia para solucionar nuestros problemas sociales, ambientales y de violencia, etc. El Ministerio de Salud Publica tiene que aceptar que existen grupos en este país que están tratando de romper los diálogos, con la finalidad de establecer un modelo autoritario. Llamo la atención al ministro de salud, a retomar la discusión en un plano académico. El Santo Oficio tuvo validez en un escenario donde no se respetaban los derechos humanos. Actuar bajo esa óptica es aceptar a diletantes que no aman la libertad.